Con frecuencia, a sabiendas, porque algo nos gusta y no queremos prescindir de ello, o por ignorancia, cometemos pifias alimentarias perjudiciales:
• El abuso en el consumo de la sal es nocivo a la salud, ¡aleje el salero de la mesa!
• La comida y la bebida en exceso originan perturbaciones indeseables que luego tenemos que lamentar.
• Las comidas rápidas, despectivamente llamadas “chatarra”, cargadas de carbohidratos y de grasas saturadas son causa de la gran incidencia de enfermedades cardiovasculares y de diabetes.
• Las golosinas, con las que premiamos a los niños: pasteles, bombones, chocolates, galletas, tartas, helados, confites, etc., aportan muchas calorías y por lo general contienen aromas, colorantes y otros aditivos artificiales nocivos a la salud. Es mejor sustituir las golosinas con las frutas.
• La costumbre de usar la comida como recompensa desvirtúa su valor como elemento nutritivo e induce a hábitos indeseables.
• El elevado consumo de bebidas endulzadas es un factor de primer orden entre las causas que están generando la alarmante incidencia de obesidad y de diabetes.
• La ausencia de hábitos alimenticios saludables en el hogar y de políticas públicas para la alimentación, en las escuelas y la industria, tiene mucha responsabilidad en el consumo inapropiado de las comidas y las bebidas.