Tengo un buen amigo que desde hace muchos años y de manera consistentemente me ha repetido que “los errores se pagan caro y a veces no hay marcha atrás”. Confieso que le creo. Los candidatos presidenciales Danilo Medina e Hipólito Mejía son, en verdad, los aspirantes que tienen reales y mayores posibilidades de triunfo en la contienda electoral venidera. De eso no hay dudas. Y como el posicionamiento de ambos en el favor popular, a la fecha, de acuerdo con la mayoría de las encuestas y sondeos, se ve tan parejo, es sensata la convicción de los que entienden que de los aciertos y/o errores que ellos cometan en este tramo final de la campaña, podrá definirse a cuál le corresponderá la victoria. “Eso lo saben hasta los mamandos”, me dijo otro amigo al que le hice este razonamiento. El presidente Hipólito Mejía tal pareciera que no está convencido de que es así. O se está creyendo, como muchos fanáticos de los que le siguen y aúpan, que los números de las encuestas no responden a la realidad. O lo tienen dormido los cantos de sirena de los sondeos con resultados arreglados que le indican que “no hay pá nadie”. Quizás por eso, creyendo que se está llevando el mundo por delante está cometiendo errores tras errores, como son hacerle el fó con agravante a Miguel Vargas Maldonado y sus seguidores en el PRD, tirarle una puya dura a monseñor Agripino Núñez Collado sobre la existencia de una supuesta cuenta del prelado en Puerto Rico, exhortar otra vez a los acreedores del Estado a que “cobren ahora que yo no voy a pagar deudas viejas” con un misil agregado a la memoria del presidente Joaquín Balaguer “que era pícaro y las deudas nuevas las dejaba poner viejas y las viejas no las pagaba”. ¿Y entonces..?
Agobiado
El muy importante ministro reunió a su staff hace unos días y, agobiado y con pesar, lanzó esta: “Mis queridos amigos: Tengo poco más de 10 meses en este ministerio y me parece que son 10 años”. Entre los presentes, son diversas las interpretaciones a esas palabras…
