Para Steven Spielberg no es nada haber durado aproximadamente diez años preparando su última película, pues desde niño tuvo una aficción constante hacia el personaje que revivió: Abraham Lincoln.
Más es para él verla realizada, estrenada y liderando las nominaciones de los premios Oscar 2013, con 12 nominaciones, incluída Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Actor Principal para su personificador Daniel Day-Lewis, galardones que aparentemente podría llevarse, si es que la Academia luce tan predecible como siempre.
Pero remontándonos un poco al pasado, vale decir que desde el 2011, cuando empezó a comentarse sobre la produccion que Spielberg estaba realizando, ya el cineasta había remodificado el guión varias veces, cambiado de actor en distintas ocasiones y retractado algunas decisiones, que llevaron al biopic del presidente de los Estados Unidos más personificado, a ser lo que es hoy: la considerada por muchos como mejor produccion de 2012.
Spielberg considera a Lincoln como su película más europea: “Es el largometraje más alejado de mi carrera. El distinto. Por primera vez mi prioridad no fue la cámara, sino las interpretaciones. Me preocupaba el guión, las actuaciones y al final dónde poner la cámara”, expresó en una entrevista a El País.
Con «Lincoln», el cineasta pretende que los espectadores revivan los últimos meses del mandato del expresidente una y otra vez, pero con su toque personal. Y lo está logrando, pues en Estados Unidos ha recaudado US$153 millones, y tan sólo gastaron US$50 millones en su realización. Ahora, habría que esperar el 24 de febrero, la noche en que los Oscar decidan si verdaderamente «Lincoln» triunfará.