El Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) celebró el pasado domingo una Asamblea Extraordinaria que lo hace acreedor de la confianza de su militancia y de una parte del país que aprecia el orden y la decencia en sus organizaciones gestoras de poder, porque el desorden y la indecencia se han entronizado en el accionar de los partidos como si fuesen un sino inevitable. Cosas tan elementales se convierten en valores.
Los reformistas recibieron el PRSC de Joaquín Balaguer, quien poco se interesó en implantar en su seno una operatividad mínima sobre parámetros institucionales, como la vigencia de los organismos y el predominio de los estatutos.
Correspondía a los herederos hacer lo que Balaguer no hizo. Su vocación por el poder y la sobrevivencia no les ha permitido cumplir esa tarea. Pero el domingo mostraron que pueden comenzar de nuevo.
Aparentemente, llegaron a consensos convenientes sobre los asuntos más importantes, como la composición del padrón interno y el valor de las decisiones adoptadas por las mayorías.
Asimismo, el Consejo Presidencial Permanente acogió las resoluciones del Tribunal Superior Electoral (TSE) mediante las cuales reintegra varios dirigentes, lo que permitió que participaran en la Asamblea, lo que sugiere una cohabitación formalmente tranquila.
Los reformistas adoptaron resoluciones importantes para la vida de su partido. La mayoría de las mismas buscan fortalecer los niveles de participación. Ampliaron la membresía de la Comisión Política y la Comisión Ejecutiva y ratificaron la legitimidad del Consejo Presidencial, aunque con el nombre de Directorio Presidencial. También aumentaron las cuotas de representación de los jóvenes, de 15 a 33%, lo mismo que la de los dominicanos de la diáspora.
Los partidos son importantes en la vida democrática porque ayudan a configurar el sentido de la diversidad. Conviene que el PRSC se reestructure, fortalezca la funcionalidad y la unidad interna, y trascienda a la mayoridad que no le permitió su extinto líder.
Celebramos el éxito de la Asamblea Extraordinaria.
