Santiago. Mil 576 viviendas en esta provincia resultaron afectadas, cuatro de ellas destruidas totalmente, por las inundaciones que provocaron las lluvias del pasado y que continuaron ayer. Decenas de familias siguen aún a la intemperie. Mientras el director de la Oficina de Ingenieros Supervisores del Estado, Francisco Pagán, asumió personalmente corregir las fallas que ocasionaron que el hospital regional José María Cabral y Báez aún permanezca anegado. En la mañana de ayer, hasta la morgue permanecía repleta de agua.
Pagán atribuyó los problemas que enfrenta el centro hospitalario, al colapsado sistema pluvial y culpó a las autoridades municipales de esta situación. El funcionario dijo que están corrigiendo las fallas para impedir que al centro sanitario vuelvan a presentarse daños similares. También en el hospital infantil Arturo Grullón resultó afectada la vieja área de emergencia.
En comunidades como el Ingenio y el municipio de Villa González, los afectados tuvieron que sacar por sí mismas sus ajuares. Ante el temor a nuevas inundaciones, algunos decidieron irse a casas de vecinos. Muchos de los afectados del Hoyo de Julia, Hoyo de Bartola, Hoya del Caimito, La Gloria, La Cacata regresaron ayer a sus hogares, mientras los organismos de emergencia continúan con alerta verde ante la continuidad de los aguaceros.
Lo que estamos viviendo es una situación difícil, con los colchones en plena calle o en los patios y no sabemos a qué lugar trasladarnos”, expresó Robin Mora, uno de los desplazados por las inundaciones. En algunas zonas de Villa González, el fuerte aguacero del pasado martes arrastró con parte del material asfáltico.
En la mayoría de las zonas inundadas, los imbornales se taparon de basura, situación que provocó que se produjeran inundaciones urbanas en las principales vías. En Santiago, los improvisados barrios Hoyo de Julia y Hoyo de Bartola donde residen cientos de familias, fueron las más perjudicadas.
