La fundación Falcondo invierte en educación

La Fundación Falcondo desarrolla un programa de apoyo dirigido a las escuelas públicas de las provincias La Vega y Monseñor Nouel con el propósito de mejorar la calidad de la enseñanza en esas localidades.

La Fundación Falcondo desarrolla un programa de apoyo dirigido a las escuelas públicas de las provincias La Vega y Monseñor Nouel con el propósito de mejorar la calidad de la enseñanza en esas localidades.La presidenta de la fundación, Arelis Rodríguez, señala que el 65% de sus fondos se destina a la educación, a través de un programa de apadrinamiento que empezó en 1990 con una escuela y en la actualidad cuenta con 131 centros públicos, que impacta en 75,000 niños, 2,100 maestros y 134 directores de escuelas.

Trabajan, además, con los temas referentes a los recursos naturales, con las organizaciones campesinas para diversificar la productividad y, en consecuencia, aumentar sus ingresos económicos. Tienen programas en el área de salud y cultura.

La fundación Falcondo es una institución privada, sin fines de lucro, fundada en 1989 por la Falconbridge Dominicana, hoy Falcondo Xstrata Nickel, con la misión de otorgar a las personas herramientas que les permitan moldear su propio destino y crear cambios positivos en sus vidas.

Monseñor Francisco José Arnaiz, miembro de la junta de directores de la Fundación, expuso que le satisface mucho pertenecer a Falcondo porque todos los programas tienen una proyección de futuro, están orientados a que el porvenir sea cada vez mejor. “Estamos en un país donde la vida del pobre tiene muchos problemas, podemos esperar del Gobierno que dé lo del momento, lo de esas necesidades inmediatas de la vida”, dijo.

Opinó que el gobernante que no prepara el futuro no es un buen gobernante: “El pasado ya dejémoslo, cuando se suben al poder todos se quejan del anterior gobierno o de los anteriores, miran el pasado y el presente hay que ir capeándolo. No es buen gobernante el que no tiene sentido y orientación del futuro”.

Expuso el sacerdote que la mejor inversión que se pudiera hacer es educar a la población, por eso saluda las iniciativas de la fundación.

En el marco del Almuerzo Semanal de Multimedios del Caribe, Rodríguez definió a la fundación como una alianza del sector privado con el público, porque aparte de arreglar las facilidades físicas de las escuelas, se enfocan en la actualización de los maestros para crear un ciudadano de derecho que participa en la administración de la escuela. Además, invierten en la creación de centros de internet, sobre todo en la zona rural, bibliotecas y centros para preescolares.

La fundación pone énfasis en la formación de los maestros y los directores de escuelas para convertirlos en gerentes, como los de una empresa. Rodríguez apunta que el objetivo es transformar a las escuelas en centros reales de aprendizaje y eventualmente impactar en los indicadores que tienen a los dominicanos avergonzados en ese aspecto porque podrían ser mejor. “Quisimos desarrollar un modelo para complementar los esfuerzos del Ministerio de Educación y no crear algo alterno, sino mostrar que en la escuela pública con inversión, la supervisión y los recursos suficientes se puede mejorar la calidad”, indicó Rodríguez.

Señaló que las escuelas apadrinadas por la fundación marcan la diferencia frente a las demás del sistema público, por la cantidad de horas que se imparte docencia -tienen horario extendido-, la planificación de los maestros, los textos que emplean, los recursos con los que cuentan los niños para trabajar en una educación moderna y de la calidad. “Los maestros de Bonao se distinguen de los demás de otras provincias, porque hay un empoderamiento, hay mayor capacidad, están mejor formados, tienen un liderazgo renovado, que es parte de la estrategia nuestra”, sostiene Rodríguez.

Para el proyecto de apadrinamiento de escuelas, cuentan con un equipo de doce personas, maestros que preseleccionó la fundación y fueron asignados por el Ministerio de Educación, que se encargan de supervisar que lo que los maestros aprenden en los talleres que ellos imparten se aplique en las aulas. Rodríguez aclaró que la fundación no es el departamento de relaciones públicas de la empresa, por lo que su papel no es el de reparar los daños que ocasiona la extracción minera que realiza la Falcondo Xtracta Nickel.

“Si bien nos hemos tornado en una parte de la cara buena de la empresa no ha sido por diseño, porque las relaciones públicas las maneja la empresa y el trabajo, la responsabilidad social nuestra se hace a través de la fundación porque es un proyecto de futuro, de capacitación, de liderazgo y sobre todo de transformación social a largo plazo”, subrayó Rodríguez, al tiempo que apuntó que aunque desarrollan proyectos relacionados con los recursos naturales, en nada tienen que ver con arreglos que le compete a la empresa, “y de ahí la grandeza de esa fundación”.

“Eso es algo que la empresa asume con toda la responsabilidad. Tienen un programa de reclamación. El programa de la fundación está al margen de esa responsabilidad”, añadió.

Resaltó que durante los dos años que la empresa minera estuvo sin operación, la fundación no dejó de trabajar y, en cambio, la casa matriz duplicó el presupuesto a 2.3 millones de dólares al año. “Me siento muy orgullosa de eso, porque cuando empezaron los recortes, yo pensé que, bueno, los próximos somos nosotros, pero desde la casa matriz se asignaron los recursos”, expresó Rodríguez.

En la zona urbano-marginal la fundación se enfoca básicamente en programas de Educación, algunos proyectos de microempresas y promoción cultural con perspectiva de disminuición de violencia. Además, otorgan becas para estudiar en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, en el Instituto Politécnico Loyola y otras escuelas técnicas.

El organismo que ejecuta la responsabilidad social corporativa de la empresa minera Falcondo-Xstrata Nickel financió hace varios años uno de los primeros bosques privado del país, que fue el Plan Sierra, para proteger la cuenca del río Yaque del Norte.

Ahora, sin descuidar sus programas a favor del medioambiente, intensifica sus esfuerzos en proyectos de educación para mejorar la calidad de la enseñanza en las comunidades de La Vega y Monseñor Nouel. La presidenta de la Fundación, Arelis Rodríguez, y monseñor Francisco José Arnaíz, miembro de la junta de directores de la entidad, hablan con mucho orgullo del proyecto que tienen en Río Blanco con los cafetaleros, donde empezaron con una asociación de 63 productores y hoy suman mil integrantes.

También, crearon 23 invernaderos regenteados por mujeres campesinas y han sembrado cerca de un millón de plantas de madera preciosa. “Parte del programa nuestro es empoderamiento, es liderazgo, es identificar ese líder que más que un beneficiario se vuelve un activo del proyecto. En cuanto a los invernaderos, hay mujeres que en un año han facturado entre 12,000 y 14,000 dólares”, dijo Arelis.

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