Gerencia del Estado en RD (1de7)

Nadie en su buen juicio en la República Dominicana puede negar los grandes avances logrados en libertades públicas y democracia electoral.

Nadie en su buen juicio en la República Dominicana puede negar los grandes avances logrados en libertades públicas y democracia electoral. En el país existe real libertad de expresión, solo con los riesgos y amenazas propias inclusive de cualquier nación desarrollada. En cuanto a la democracia electoral el progreso es evidente; en el 2000 y el 2004 dos partidos contrarios realizaron doble transición pacífica del poder, y ambos en sus momentos han tenido el control del congreso nacional y la mayoría de los ayuntamientos, sin generar crisis política alguna. A lo que se agrega la ausencia de violencia armada u otras formas de violencia política, es decir,  el predominio de la paz política.

La democracia electoral requiere aun de mayores progresos incorporando uno de los tres componentes actuales de la libertad, el que corresponde a las interferencias que hacen torcer en la ciudadana o el ciudadano su real voluntad de elección en los procesos electorales, mediante las múltiples formas conocidas;  asociado a lo anterior, se requiere avanzar, además, en cuanto al  financiamiento de los partidos que evite que  el dinero que disponen los candidatos pueda significar la gran diferencia como hasta ahora. Aun con tan importantes tareas pendientes, en honor a la verdad,  procede repetirlo, nadie en su buen juicio puede negar los avances logrados en el país  en libertades públicas y democracia electoral, basta mirar hacia atrás.

Los innegables avances en libertades públicas y democracia electoral no son el resultado de concesiones  de gobiernos, no; fueron abonados con sacrificios supremos de hermanas y hermanos dominicanos a través de la historia nacional. Solo en la tiranía de Trujillo murieron más de 50 mil dominicanos por razones asociadas a la imposición política o personal del sátrapa; antes y después, otras decenas de miles de vidas se perdieron también por imposición política y personal de gobernantes.

Asumiendo los evidentes progresos en libertades públicas y democracia electoral, ¿cuáles son los próximos pasos? ¿Cómo avanzar en el menor tiempo posible? ¿Por qué y cómo debería tomar parte en la política una persona sensata que se proponga contribuir con el desarrollo de la República Dominicana?

El Estado es el más alto nivel de organización de la sociedad y nuevas formas de dirección y gestión pueden significar la gran diferencia. La propia corrupción es un problema gerencial, pues los valores son parte esencial del componente estratégico de las organizaciones. En el presente es  en la gerencia del Estado en la República Dominicana donde se encuentran las respuestas.

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