Gobierno y oposición

En el discurso, en que el expresidente Bill Clinton presentó a la convención demócrata y al pueblo estadounidense al presidente Barack Obama habló, casi de soslayo, sobre la gobernabilidad y los actores políticos.

En el discurso, en que el expresidente Bill Clinton presentó a la convención demócrata y al pueblo estadounidense al presidente Barack Obama habló, casi de soslayo, sobre la gobernabilidad y los actores políticos.El planteamiento tiene mucho valor para los países democráticos. Tiene que ver con la naturaleza, alcance y calidad de las relaciones entre los líderes políticos, del gobierno y de la oposición.

Al margen de la coyuntura actual, en la cual la oposición dominicana no está cohesionada y el principal partido está dividido o en transición, esas ideas tienen una importancia capital.

Lo primero tiene que ver con los sentimientos. El presidente Clinton deplora la actitud de odio de la dirección republicana hacia el presidente Obama y los demócratas. La gestión política nunca debería fundamentarse en el odio. Es un camino expedito hacia la violencia.

Ante un temperamento como ese, plantear la colaboración entre gobernantes y gobernados sería una aberración. Pero Clinton dice que justamente eso es lo que ha hecho y refiere cómo, siendo demócrata, trabajó constructivamente con Reagan y Bush desde la fundación que dirige para resolver problemas.
Clinton piensa que la confrontación puede ser buena para la política, pero en el mundo real, la cooperación funciona mejor. Él deplora que la facción que ahora controla el Partido Republicano no lo ve así. “Creen que el gobierno es su enemigo”.

Si bien la confrontación se requiere, sobre todo en los tiempos electorales, ese instrumento deja de ser válido para la cotidianidad, como pretendemos interpretar. Es necesario que haya debates, pero desde la óptica constructiva.

La política  no debe ejercerse sobre la base de la descalificación, que imposibilita el diálogo. Asimismo, el odio y el resentimiento, tienen que ser desarraigados, porque lleva el debate a un estadio primitivo.

En el caso dominicano, las cosas serían mucho más fáciles. Tenemos aprobada, con  rango constitucional, una Estrategia Nacional de Desarrollo, que puede ser una oportunidad para trabajar por el país. Con ella de la mano, gobierno y oposición pueden construir una mejor nación.

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