En los tiempos de campaña por la presidencia de la Federación Dominicana de Voleibol se tocó el tema de los torneos de voleibol distrital superior en sus ramas masculina y femenina.Me pregunto si existe alguna explicación para que, ahora que hay un Palacio Nacional de Voleibol, irónicamente no se juegue a ningún nivel en esta instalación, excepto torneos internacionales, como el próximo Grand Prix femenino. Cuando asistí el pasado lunes a dar el pésame por el fenecido dirigente Beato Miguel Cruz, vi los parqueos llenos de vehículos. Eso me hizo recordar los años en que se llenaba para ver los partidos del Distrito Nacional. En estos momentos eso se ve como una utopía.
Hoy, a unos cuatro meses de la reelección de García, se desconocen pasos para retomar esa liga. ¿Cómo es posible que desaparezca un torneo tan tradicional y que los años pasen y no se haga nada?
El dedo sobre la llaga recae obviamente en la Asociación de Voleibol del Distrito Nacional, que preside Ángel Rivas, precisamente director de campaña de García.
Algunas provincias, como las de Santo Domingo y San José de las Matas, realizan sus torneos, muy buenos por cierto. Pero no así el distrital.
Increíblemente nuestro país alcanza resultados a nivel de selecciones, sin tener una liga estable, ni nacional, ni regional. Esto contradice la teoría de que los países con grandes logros en deportes de conjunto, es porque tienen buenas ligas. Somos tan especiales que ese planteamiento se cae en nuestra nación.
¿Un currículo?
En una conversación con Miyuli Frías, un gran técnico, le dejé saber un reclamo, que nefastamente me surgió a raíz de la muerte de Beato Miguel Cruz. Y es simple. ¿Existen en la Federación los registros de un técnico de ese nivel? Sencillamente no. Como tampoco los palmarés de sus atletas. Los eventos pasan y las federaciones archivan poco o nada. Pero tranquilos, esto no es un mal de la Fedovoli, es un virus que se registra en todas las federaciones. ¿O acaso la Federación Dominicana de Baloncesto tiene guardado los logros de Virgilio Travieso Soto y don Máximo Bernard?
Qué descuido.
