¿Hacia dónde debe orientarse el PRD tras las elecciones?

[email protected] realidad política del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), luego de la votación de 5.8% que obtuvo en las pasadas elecciones, lo coloca ante el dilema de si trabajar para reconquistar el espacio perdido o por…

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La realidad política del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), luego de la votación de 5.8% que obtuvo en las pasadas elecciones, lo coloca ante el dilema de si trabajar para reconquistar el espacio perdido o por el contrario seguir trillando el camino de seguir siendo el partido bisagra en que se convirtió luego de pactar una alianza con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Posiblemente, si el partido más antiguo y grande del país evoca su historia se vería compelido a trillar un camino diferente al que le correspondería en su condición de aliado al partido de gobierno y empezar a conquistar el espacio electoral que ha perdido y que capitaliza el Partido Revolucionario Moderno (PRM), un desprendimiento del partido blanco.

“Cuando un partido se alía a otro que tiene mayor poder y mayor base electoral, en esa alianza se va a perder en el sentido político, aunque puede ganar en términos económicos y de cuota de poder, pero no puede avanzar porque está subordinado”, sostuvo la politóloga Rosario Espinal.

Para el presidente del PRD, Miguel Vargas, en las pasadas elecciones su partido cumplió la meta pues en sus datos el partido blanco obtuvo 31 alcaldías, 43 directores de distritos, 203 regidores, 157 vocales, un senador y 20 diputados.
Esas plazas el PRD las logró en alianza con el PLD, pero de ocho candidatos a alcaldes que postuló sin alianza solo ganó el del municipio de Consuelo, en San Pedro.

Al PRD le falta por definir los cargos que ocupará en el gobierno del presidente Danilo Medina, que según ha dicho Vargas, serán en base a la votación obtenida en su casilla y en el nivel presidencial llegó al 5.8%, pero legalmente mantiene la categoría de partido mayoritario.

Contrario a Vargas, Espinal cree que al PRD le fue mal. “Eso se ve reflejado en que el PRD bajó del 47% de los votos que sacó en el 2012 a 5.8% que sacó ahora”, sostuvo. Igualmente, dijo que mientras el PRD se mantenga en esa alianza difícilmente pueda avanzar. “No tiene ningún futuro como partido, porque no tiene independencia, no puede motivar ni forjar una militancia, o sea, que mientras esté ahí será una franquicia política que se usará en un sentido u otro”, expresó.

El dirigente del PRD, Héctor Guzmán, sostuvo que es un error analizar el
desempeño de un partido con relación a otros procesos porque cada proceso electoral tiene su propia coyuntura.

La referencia más próxima al camino que tomó el PRD, es el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) que de ser una poderosa maquinaria política y electoral que ha gobernado 22 años el país, pasó a ser un partido bisagra luego de su alianza con el PLD y en 20 años transcurridos desde el 1996, la organización ha ido en declive y reducido su capital político.

Antes del pasado proceso político, la menor votación en su historia, el PRD la obtuvo en el 1990 con José Francisco Peña Gómez como candidato presidencial, pero en esa oportunidad encabezó la alianza y obtuvo el 23.23% de los votos. Luego, el PRD recuperó su espacio y compitió con el PRSC en las presidenciales del 1994 y luego con el PLD en el 1996.

Sin embargo, la posición que tiene ahora el PRD dista mucho de la realidad que enfrentó en el 1990, sobre todo porque no tiene la solidez de un liderazgo como el de Peña Gómez. Además, el apoyo a la modificación de la Constitución para permitir la reelección del presidente Danilo Medina, que dieron Vargas y el PRD, le quitó al partido blanco el discurso antirreeleccionista que siempre lo había identificado y que incluso había sido un principio peñagomista.

La era de Miguel Vargas en el PRD ha sido de altas y bajas, pues su mejor momento en la organización se produjo cuando la levantó de la división que sufrió en el 2004, producto de la reelección de Hipólito Mejía y el choque con Hatuey De Camps que terminó dividiendo la organización.

En el 2008, Vargas fue candidato presidencial del PRD y obtuvo un 40.48% frente a Leonel y Fernández y el PLD. En las elecciones del 2004, el PRD apenas logró 33.35% de los votos con Mejía como candidato a la reelección.

En el 2009, Vargas firmó con Leonel Fernández el denominado “pacto de las corbatas azules”, en el que pactó una reforma constitucional para quitar la reelección presidencial consecutiva, y en el 20015 hizo lo contrario, al firmar con Danilo Medina un acuerdo para restablecer la reelección presidencial seguida.

Se prevé lucha interna

A Vargas y al PRD probablemente le espera una lucha interna por el control de la organización, pues ya en el 2014, se libró por la presidencia entre Vargas y Guido Gómez Mazara. La presidencia de Vargas termina en el 2018, según establece la convención que lo eligió el 20 de julio del 2014.

“Ahí va a surgir un conflicto interno entre Miguel Vargas y su corriente que van a querer mantener el dominio y los contrarios a él que se han quedado en el PRD y van a querer reivindicar la necesidad de salvar la organización y echarla hacia delante”, sostuvo la politóloga Espinal. Gómez Mazara no ha cesado en sus ataques contra Vargas desde que se enfrentaron por la presidencia de la organización, luego de la salida de Hipólito Mejía y Luis Abinader.

Retos y evaluación

El director de comunicaciones del PRD, Víctor Gómez Casanova, informó que cuando la Junta Central Electoral emita el boletín definitivo con los resultados de las elecciones del pasado 15 de mayo, esa organización convocará a todos los organismos y candidatos a fin de hacer una evaluación de la situación actual de la organización y la actual coyuntura política. “El presidente del partido hará la convocatoria para hacer una evaluación del proceso y definir las líneas estratégicas en esta nueva etapa”, dijo.

Reacciones

El presidente del partido va a convocar los organismos para evaluar la actual coyuntura”.
Víctor Gómez Casanova
Vocero del PRD

Es un error comparar un proceso electoral con otro porque cada proceso tiene su propia coyuntura y realidad”.
Héctor Guzmán
Vicepresidente del PRD

Cuando un partido político se alía a otro de mayor poder y de mayor base electoral pierde políticamente”.
Rosario Espinal
Politóloga

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