Hay que cuidarse

Los dominicanos  tendremos que acostumbrarnos a vivir bajo el imperio de la violencia, en extremo. En el pasado reciente formaba parte de la rutina de los barrios marginados. Ya no hay límites. Ni los sectores acomodados están a salvo. La agresión de que fue objeto la comunicadora Socorro Castellanos en el corazón de Naco, en el Distrito Nacional, frente a la iglesia San Judas Tadeo, cuando salía de una santa misa; el asesinato de un segundo teniente de la Policía en la avenida Tiradentes, acontecimientos ocurridos a plena luz del día, reflejan el ambiente que predomina. Una pena concluir en que tendremos que adaptarnos a tan terrible panorama. Mientras, al margen de lo que puedan hacer las autoridades, hay que cuidarse.