Para Bernard Hopkins, veterano boxeador estadounidense, “mientras más viejo es el vino, más bueno es”. Con tan contundente frase, ¿cuál es la moraleja que Hopkins quiere hacer llegar a los fervientes seguidores del boxeo y del deporte en sentido general?
El púgil nacido en Filadelfia, y que en enero cumplirá 50 años, tendrá hoy quizás la pelea “más peligrosa” de su ilustre carrera profesional cuando enfrente al invicto púgil ruso Sergey Kovalev, quien tiene 31 años de edad.
En el combate, que será en Atlantic City (del estado de New Jersey, Estados Unidos), se pondrá en juego el campeonato mundial de los semipesados.
Llama la atención
Hopkins es el campeón semicompleto de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Pero Kovalev es el monarca de la misma categoría, pero con el aval de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Entonces será una pelea por la unificación del cetro de las 175 libras.
Hopkins, quien implantó el récord de más defensas como campeón mundial mediano (20), cree que “no importa la edad en el deporte, cuando se es disciplinado”. En referencia de Hopkins y su afirmación de que todavía no está para colgar los guantes, expertos rebaten ese criterio. En la víspera de su pelea con Kovalev, un diario de Nueva York citó lo dicho por un aficionado al boxeo. Este es el texto: “No es normal que un boxeador de la edad de Bernard Hopkins esté ganándoles a rivales que podrían ser sus hijos. Es cierto que algunas de las peleas son deslucidas, pero comoquiera sale con la mano en alto y dejando al mundo boxístico incrédulo. Es un genio, un fenómeno”. Pese a que analistas dicen que el tetracampeón mundial podría, esta noche, perder por nocaut ante Kovalev, Hopkins, con registro de 55-6, (32 KOs), piensa lo contrario.
Expertos entienden que comete un grave error
Los más acuciosos analistas consideran que “es un grave error de Hopkins seguir en los ensogados”.
Porque, afirman, ya el mejor momento de este tremendo peleador ha pasado…y su avanzada edad, para el boxeo, “no le va a permitir contender (con éxito) cuando cruce guantes con un tan fuerte pegador e invicto en 26 peleas profesionales (23 victorias por nocaut).
