En el hoyo

No se respetan carriles, ni filas. En el desquiciado tránsito urbano cada conductor se agencia, bajo su propia ley, el agujero que le permite…

No se respetan carriles, ni filas. En el desquiciado tránsito urbano cada conductor se agencia, bajo su propia ley, el agujero que le permite deslizarse y avanzar. Similar en nuestra política.

El “legado” de la actual campaña es la desnuda confirmación de que para la clase política la legalidad no cuenta, cada quien apertrechado en su particular hoyo de ambiciones políticas y económicas.

A través de la abertura de la urna electoral, los ciudadanos buscarán de nuevo, el 20 de mayo, la vía de escapar de la indignante maraña en que ha sido convertida la vida pública dominicana. Pero cortados nuestros políticos “por la misma tijera” y viniendo todos “del mismo palo”, remotas las posibilidades de “salir del hoyo”.

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