El gobierno y las personas, instituciones y organismos interesados de verdad en facilitar el proceso de registro de los inmigrantes haitianos en República Dominicana deben concentrarse con la mayor propiedad y calidad en esa tarea. Lo mismo incumbe de manera muy especial al gobierno haitiano.
Ya vivimos las confrontaciones, tensiones y presiones después de la sentencia del Tribunal Constitucional 168-13. Entre los dominicanos mismos sufrimos un estrés muy cargado que con inteligencia y diligencia el liderazgo nacional bajo la dirección del presidente Danilo Medina supo sortear hasta producir la ley 169-14 que dispone un régimen especial de Naturalización y Regularización de Extranjeros.
Y asimismo, el Gobierno, a través del Ministerio de Interior y Policía, ha dado soporte, activa e intensamente, para materializar o aplicar la ley. Es decir, el Gobierno nacional ha honrado su compromiso frente a la comunidad internacional, los amigos de Haití, el Estado haitiano y sus ciudadanos que se encuentran en República Dominicana. Y cada día pone más empeño en lograr el objetivo propuesto. Ha accionado con responsabilidad, espíritu solidario, humano y justo. Todo a un alto costo, estimado en más de 800 millones de pesos. Un sacrificio para una nación con recursos limitados.
Entonces, más que denunciar, reclamar y “recomendar” fórmulas, los organismos, instituciones y gobiernos a los que tanto les preocupan los sufrimientos de esos inmigrantes, deben aportar más que palabras. Las oenegés y los intelectuales amigos de Haití igual debían colaborar para facilitar tan ardua tarea. O al menos, ser coherentes con su comportamiento anterior.
Sería interesante que al menos exigieran a Haití algo tan elemental como la colaboración para la documentación de sus ciudadanos en República Dominicana. Hacer lo necesario para por lo menos abaratar el costo de la obtención de los documentos y especialmente que no encuentren tantos obstáculos a causa de la burocracia haitiana.
Tienen también que brindar facilidades operativas, a lo que está dispuesto el Gobierno dominicano, para que esos seres humanos puedan aprovechar la oportunidad de documentarse y registrarse en el país. Que todo ocurra en los plazos previstos y establecidos en la ley.
Eso es lo importante ahora.
