Al cumplirse tres años de la actual gestión de gobierno, corresponde a los distintos sectores evaluar con objetividad el cumplimiento o no de las propuestas programáticas hechas por el Presidente y su equipo a la nación dominicana. Esto es relevante, pues la práctica de pedirles rendición de cuentas a los políticos impide que sus discursos se queden en simples promesas de campaña que se olvidan a los pocos días de llegar al poder. A partir del control social de la gestión pública, la ciudadanía determina si sus representantes están siendo fieles a las ofertas electorales que les permitieron obtener el favor popular.
Al revisar el plan de gobierno del PLD 2012-2016, las metas presidenciales y el discurso de toma de posesión del presidente Medina, se puede constatar que existen diversas áreas en las que se ha avanzado en el cumplimiento de los programas y proyectos presentados. La primera y de mayor relevancia lo es sin dudas la inversión del 4% para la educación presupuestaria. Con esta acción el Gobierno ha cumplido con una de las principales demandas del movimiento social dominicano. Junto a esto están los temas de las tandas extendidas, el sorteo de edificaciones escolares y el avance en el programa Quisqueya Aprende Contigo, el cual persigue la eliminación del analfabetismo en el país.
Durante este periodo también se pueden exhibir resultados en temas como el desarrollo de un sistema de estancias infantiles comunitarias, el apoyo a las MIPYMES, el financiamiento al sector agrícola, los esfuerzos por una mayor transparencia en las compras públicas y más recientemente, la puesta en vigencia de la ley de migración a partir del plan de regularización. Sin embargo, en otras áreas de gran importancia para el desarrollo social y económico del país, se evidencian serios retrasos en el cumplimiento de lo prometido.
En materia institucional está pendiente la necesaria reforma de la macro-estructura del Estado, de forma tal que se eliminen duplicidades y competencias entre instituciones públicas en un mismo sector. Por otro lado, a pesar de que se insistió en ello, no podemos mostrar logros importantes en la reducción de la pobreza absoluta y la desigualdad social. Relacionado con esto, está el deterioro de la seguridad ciudadana y la falta de garantías para el ejercicio pleno del derecho a la salud de los dominicanos y las dominicanas. Estos, entre otros problemas como el eléctrico, deben ser prioridad del Gobierno en su cuarto año de gestión. Para cumplir con estas prioridades, el Gobierno deberá vencer la distracción que supone un proceso electoral, en donde el Presidente participa como candidato.
