El ingenio lo puede todo. Ya lo advertía Pedro Mir. El ingenio Barahona, ahora Consorcio Azucarero Central, puede más. Además de contaminar el ambiente, también daña las carreteras del entorno, en especial la nueva vía Barahona-San Juan, que es agredida con sus grandes equipos, cuyos operadores los arrastran sin medir su capacidad destructiva.
Ayer veíamos cómo recurre a la quema para “facilitar” el corte de la caña. Deja en el pasado la práctica que permitía a pequeños ganaderos utilizar el cogollo de la caña. Una empresa humana no lo quemaría, al menos dejaría que se lo lleven. Una empresa solidaria y con visión procesaría ese “desecho” y lo convertiría en alimento para animales. Pero el fuego es más económico, aunque más destructivo. Pero el ingenio lo puede todo.
