En esta semana se dieron a conocer los resultados de la Primera Encuesta Nacional de Inmigrantes en la República Dominicana, un estudio realizado por la Oficina Nacional de Estadísticas, con los auspicios del Fondo de Población y Familia de las Naciones Unidas y la Unión Europea. Dicho estudio se realizó entre el 31 de julio y el 30 de septiembre del 2012 con una muestra de 68 mil viviendas y fueron entrevistados 13,499 inmigrantes. Esta encuesta es el primer intento serio y científico que se ha realizado para evaluar la realidad de la inmigración en nuestro país, pero muy especialmente de la presencia de nacionales haitianos.
Siempre se ha hablado, sin datos que lo sustenten, de que la presencia de haitianos entre legales e ilegales sobrepasa el 10% de la población dominicana, es decir, que si tomamos en consideración que nuestra población es de aproximadamente 10 millones de personas, en el país habría alrededor de un millón de haitianos.
Sin embargo, la Primera Encuesta Nacional de Inmigrantes, que fue presentada en el Palacio Nacional por el Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Juan Temístocles Montás, establece que en el país sólo hay 458 mil 233 haitianos residiendo y unos 209 mil 912 descendientes directos de haitianos. Es decir, que de acuerdo a esa encuesta la población de hatianos en nuestro país es de unos 688 mil 145 personas, una cifra mucho menor que todas las que se manejan en los círculos de opinión y de poder.
De acuerdo a dicha investigación el 35% de esa población de hatianos en nuestro país viven en cuarterías, el 4.5% en parte atrás de casas, el 3.4% en barracones, el 1% en casas y edificios en construcción, el 1.3% en viviendas compartidas y el 49.5% en casas independientes.
Asimismo, en cuanto al aspecto laboral dicha encuesta revela que el 35.7% de la mano de obra haitiana está empleada en el sector agropecuario, el 25.9% en la construcción, un 16.5% en el comercio y en otros servicios el 10.4%.
Estos datos van a generar muchas discusiones y pasiones, pues parecen romper un mito fuerte que existe en torno a la cantidad de haitianos que hay en nuestra nación, y más aún porque “no se determinó si esos haitianos eran legales o ilegales, pues esa no fue la naturaleza de la investigación”. Algunos cuestionadores de estos datos expresan que si a esos casi 700 mil haitianos se les agrega unos 300 mil que puedan estar ilegales y que no fueron reportados por los encuestados, entonces la población haitiana en nuestro país podría rondar un millón de ciudadanos de esa nación.
Lo cierto es que, cualquiera que sea la cantidad de hatianos que residen en nuestro territorio, esta Primera Encuesta Nacional de Inmigrantes es un buen punto de partida para empezar a desarrollar políticas públicas que se encaminen a legalizar y documentar a esos inmigrantes haitianos y ponerlos a ser parte del proceso productivo dominicano, no solo como trabajadores informales viviendo en condiciones infrahumanas sino como inmigrantes legales, que vivan con dignidad pero que paguen sus impuestos y contribuyan al desarrollo de la nación que los alberga y los protegue.
