Intimidad y honor personal

La ciudad de Santo Domingo parece en estos días una réplica del París tolerante de las expresiones ciudadanas. Lamentablemente,…

La ciudad de Santo Domingo parece en estos días una réplica del París tolerante de las expresiones ciudadanas. Lamentablemente, ocurren hechos inexplicables como el asesinato del estudiante William Florián Ramírez, en la UASD. Pero cada día nos acercamos más a las vías pacíficas para protestar. Difícilmente la tolerancia se asemejará a la ciudad de las luces, a la cuna de los derechos, la tierra donde en 1948 se produjo la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

En general, las manifestaciones de ese París son pacíficas y civilizadas. No suelen ser insultantes ni están cargadas de odio contra personas determinadas. Se puede reclamar cualquier derecho, pero sin los extremos que se observan por aquí.

Cuando a las personas se les ataca con odio, con pasión desmedida, con expresiones insolentes, denigrantes, se vulneran derechos ciudadanos. Cuando se agrede o se pretende degradar a otro, de esa misma forma, no importa los derechos que se invoquen, también se degrada quien lo hace.

Quienes piden justicia fiscal deben evitar los extremos, porque dan la impresión de que los mueve la vendetta, y con su comportamiento, si no lo han hecho, están al borde de transgredir el artículo 44 de la Constitución sobre “Derecho a la intimidad y el honor personal”, especialmente, el acápite 1ro. que establece: “1)El hogar, el domicilio y todo recinto privado de la persona son inviolables, salvo en los casos que sean ordenados, de conformidad con la ley, por autoridad judicial competente o en caso de flagrante delito”.

Sin exagerar, se puede afirmar que el ex presidente Leonel Fernández ha sido sometido a asedio personal, en uno de sus domicilios, la Fundación Global, mediante vías de hecho. Ese ciudadano puede haber cometido todos los crímenes que se pudieran imaginar, pero hasta que no le sean probados, hay que considerarlo como un ciudadano de la República, libre, con derechos que deben ser respetados. 

Las turbamultas contra el ex presidente Fernández en sus recintos privados violan sus derechos constitucionales. La convivencia se fundamenta en el respeto al derecho ajeno. Es clave para la paz.

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