La izquierda continúa con escasa influencia en el país

El hecho de que el último informe del Barómetro Latinoamericano afirme que la República Dominicana es el país más conservador de América, es revelador de cuál es el nivel de influencia política de la izquierda criolla.Un indicador…

El hecho de que el último informe del Barómetro Latinoamericano afirme que la República Dominicana es el país más conservador de América, es revelador de cuál es el nivel de influencia política de la izquierda criolla.

Un indicador de esto es que la izquierda ha quedado relegada en temas de actualidad y que le son consustanciales por estar vinculados a postulados como los derechos humanos, siendo asumidas estas posiciones por personalidades de pensamiento liberal o instituciones sociales con vínculos religiosos.

La izquierda no ha sabido armar una estrategia que sea asumida por la población, además de hacérsele difícil reinventarse en lo político.

“Parte” de la izquierda trata de recomponerse, e incluso, se observa un cambio del discurso en un intento de acercarse más a los intereses de los distintos grupos sociales.

Actualmente los grupos de más presencia política son el Movimiento Patria para Todos (MPT), que coordina el cardiólogo Fulgencio Severino;  Partido Comunista M-L, de Juan Alfonseca; Liga Socialista, Partido Alternativa Revolucionaria (AR), encabezado por Iván Rodríguez y Ramón Almánzar; Partido Fuerza de la Revolución, del psiquiatra Secundino Palacios; Movimiento Izquierda Unida (MIU), de Miguel Mejía; Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), dirigido por Esteban Díaz Jáquez y José González Espinosa; Partido Comunista del Trabajo (PCT), cuyo secretariado está encabezado por Manuel Salazar; Movimiento Popular Dominicano (MPD), el Frente Amplio (FA), Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo), Movimiento Caamañista, de Narciso Isa Conde.

En el caso del MPT y Alternativa Revolucionaria, estas organizaciones se encuentran en un proceso de unidad con miras a convertirse en una sola entidad, abierta a hacer lo mismo con otros grupos. Igual pasa con el PCT, una parte del MPD y el MIUCA, que trabajan cohesionados en el Frente Amplio, actualmente coordinado por Fidel Santana.

A lo interno de algunos de esos grupos se dan luchas por su control, como es el caso del MPD, dividido en las facciones del legendario Jorge Puello Soriano (El Men) y la encabezada por Higinio Báez.

Esa lucha se refleja en el Falpo, liderado por Raúl Monegro, grupo que aún se denomina como político-militar, e igual denominación asume el Movimiento Gregorio Luperón, cuya cabeza visible era el exguerrillero Cecilio Díaz.

Expresiones de nueva izquierda

Personalidades como los profesores Luis Gómez Pérez y Pedro Catrain hacen esfuerzos por cohesionar a personalidades dispersas de la izquierda.
Otros grupos han ido tomando relevancia a raíz de los movimientos contestatarios que se sucedieron en Europa, conocidos con “Los Indignados”, y “Ocupa Wall Street”, en Nueva York y otros estados de los Estados Unidos.

Entre estos grupos figuran movimientos juveniles como Toy Jarto, de Elízabet Mateo y Álvaro Caamaño,  y La Revuelta, del cantautor Víctor Víctor; Justicia Global y La Multitud, de Emicdio Galván y Tony Then.

Dentro del discurso de  izquierda también se inscriben organizaciones como el Movimiento Social, Cívico y Religioso “Se Puede”, del padre Rogelio Cruz; Alianza País, de Guillermo Moreno; Movimiento Rebelde, del sindicalista Juan Hubieres, Autoconvocados, de José Belis y Olaya Dotel; Mundo, del desaparecido Juan Almonte; así como Nación Solidaria y Alianza por la Democracia, de Max Puig.

La ejecución presupuestaria, salida al problema eléctrico, el manejo de los dineros públicos y reclamo de transparencia, defensa de la ecología, los derechos humanos y el patrimonio nacional, son temas en los que la izquierda trata de hacerse oír y fijar posición política.

Entre el PRD y el PLD

El emblemático dirigente de izquierda Iván Rodríguez, miembro histórico del 1J4 y una de las principales figuras de Alternativa Revolucionaria, sostiene que los enfrentamientos entre pro-chinos y pro-rusos hicieron mucho daño al movimiento, pero que igual resultado negativo tuvo la influencia de Peña Gómez, ya que en gran medida “adormeció” la moral y militancia revolucionaria.

Vía Peña Gómez, dirigentes como José González Espinosa, Esteban Díaz Jáquez, Luz Eneida Mejía y Rafael -Fafa- Taveras llegaron a ser senador, el primero, y diputados los demás, y sus pasos por el Congreso no dejaron huellas que puedan identificarse con la izquierda.

A su juicio, el pobre papel que a nivel electoral y congresual y municipal ha jugado la izquierda se debe a una falta de identidad que la defina.

“A lo largo de la historia de la izquierda dominicana, no hemos estado enfocados en cuál debe ser nuestro papel, cómo diferenciarnos de las demás corrientes políticas y cómo armar una estrategia que sea asumida por la población para la toma del poder político”, observa.

Igualmente, señala las alianzas con el Partido de la Liberación Dominicana, afirmando que el PLD “se ha engullido a una parte de la gente que abandonó la izquierda para irse a los brazos del neoliberalismo, hasta el punto de prácticamente aniquilarla”.

Aunque sin mencionarlos, obviamente se refiere al Movimiento Izquierda Unida (MIU), que dirige el embajador adscrito Miguel Mejía; al Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD) y que dirige Esteban Díaz Jáquez, y a la Alianza por la Democracia (APD), de Max Puig, así como a personalidades que han tenido una trayectoria política identificada con esa corriente ideológica.

“A pesar de todo, hay organizaciones, dirigentesy  militantes de izquierda que de forma autocrítica buscamos enderezar el rumbo de cara a los futuros escenarios políticos”, subraya.

Cuando la izquierda se hacía sentir en el pueblo

La izquierda dominicana alcanzó su mayor esplendor político primero con el Movimiento 14 de Junio y luego durante la “Guerra Fría”, época en que el Movimiento Popular Dominicano (MPD), Partido Comunista Dominicano (PCD), Línea Roja del 14 de Junio (1J4), Unión Patriótica Antiimperialista (UPA), Partido Socialista (PS), Bloque Socialista (BS) y el Partido Comunista del Trabajo (PCT), entre otros, tenían influencia en los movimientos sindical y campesino, así como en las capas urbanas populares y la clase media baja. Dicha influencia estuvo limitada debido a que la izquierda no alcanzó a entender que después de la guerra de abril el panorama político había cambiado, habiéndose impuesto la política imperialista de golpear de manera frontal, a la vez que ella misma se aislaba y se desgastaba en enfrentamientos influenciados por las revoluciones rusa y china, y en menor medida la albanesa.

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