JCE, TC y Presupuesto

Podría ser que los funcionarios  del gobierno nacional que desmontaron el anteproyecto de presupuesto de la Junta Central Electoral (JCE),…

Podría ser que los funcionarios  del gobierno nacional que desmontaron el anteproyecto de presupuesto de la Junta Central Electoral (JCE), que era de RD$4 mil 500 millones, y lo redujeron sólo a RD$2 mil 550 millones,  hayan actuado convencidos de que esa institución no necesita ese monto y que en consecuencia, en medio de la política de “frugalidad” y austeridad, procedía actuar de esa manera.

Los funcionarios del gobierno nacional tendrán sus razones y probablemente, si hubiesen tenido la cortesía de llamar a las autoridades de la JCE, las hubiesen convencido de la justeza de su drástica decisión.

Pero les hicieron un desplante. No les dieron la oportunidad de explicar los porqués de los 4 mil 500 millones que habían presupuestado. Un proceder poco democrático y menos cortés. Y la realidad es que al margen de cualquier consideración sobre las limitaciones económicas del momento, la reducción del presupuesto de la JCE en aproximadamente un 50% es muy dura para una institución que no sólo organiza elecciones, sino que tiene otras misiones muy importantes para la ciudadanía.

Ese tratamiento a la JCE parece que se repite con el Tribunal Constitucional, al extremo de que una persona tan moderada como su presidente, el doctor Milton Ray Guevara, ha proclamado que esa institución “no puede ser sometida a un proceso de súplica ante los poderes Ejecutivo y Legislativo para que se respete su autonomía presupuestaria”.

Proceder como lo han hecho los señores del Poder Ejecutivo con la JCE y el Tribunal Constitucional tiene implicaciones. Hay una escasa valoración de la relación entre quienes tienen la capacidad de decidir sobre el manejo de los recursos públicos y las otras instancias que le dan sentido al sistema constitucional dominicano y a la construcción de la gobernabilidad democrática.

Si bien el gobierno se divide en tres poderes, Legislativo, Ejecutivo y Judicial, los roles de instituciones como la JCE y el Tribunal Constitucional no deben ser disminuidos de esa forma. Los derechos que se arrogan los señores del Ejecutivo tienen un sustrato de arrogancia, de supremacía.

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