Jornada de Verano (2 de 2)

En el artículo anterior, comentamos la experiencia de Jornada de Verano que cada año organiza el Ministerio de Educación de la República Dominicana (MINERD), a través del Viceministerio de Servicios Técnicos y Pedagógicos, a fin de actualizar&#8230

En el artículo anterior, comentamos la experiencia de Jornada de Verano que cada año organiza el Ministerio de Educación de la República Dominicana (MINERD), a través del Viceministerio de Servicios Técnicos y Pedagógicos, a fin de actualizar las competencias de su personal docente y administrativo, y reflexionar sobre el inicio de cada año escolar. La Jornada constituye un proceso de formación en cascada. La Dirección General de Primaria capacita a técnicos regionales y distritales, que asumen la responsabilidad de formar a equipos de gestión escolar, que multiplicarán esos conocimientos a docentes de las escuelas.

Desde nuestra experiencia en varias de estas jornadas, apreciamos una oportunidad de formación in situ valiosa que se constituye en una mirada integral a la escuela, porque prepara a los actores educativos para conformar metas y compromisos comunes, focalizados en el año escolar que inicia. Además, actualiza a técnicos y docentes en temas curriculares identificados como necesarios por los equipos consultados.

Ahora bien, en todo el proceso hemos observado algunas oportunidades de mejora para potenciar los recursos humanos y económicos destinados al éxito de la jornada. Asuntos de logística (convocatoria, incentivo para transporte, alimentación, entrega de materiales, etc.) bajo la responsabilidad del distrito correspondiente y directores de los centros pudieran ser gestionados y organizados con mayor anticipación de manera que los docentes mantengan el interés por participar y aportar. Obviamente, el proceso en sí mismo, pone a prueba la madurez institucional y gerencial de directivos intermedios del Sistema. Por otro lado, se advierte una disparidad entre los muy bastos y profundos temas seleccionados y las instrucciones en cuanto a los énfasis curriculares por año, y el tiempo dispuesto para su desarrollo. Pudiéramos pensar en menos contenidos por año, que permitan una mayor apropiación de técnicos y equipos de gestión (eslabones intermedios de la cadena de formación) para garantizar un mejor desempeño en el proceso de construcción de conocimientos con los docentes.

Finalmente, es importante que todos los involucrados asuman como un compromiso personal y social este proceso formativo cumpliendo con la asistencia y participación. De nuevo, recordamos que el sistema no cuenta con un régimen de consecuencias idóneo que penalice de alguna forma al actor que rehúse las jornadas. Esto es un reto que apuesta a la calidad.

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