“Mi arte es un regalo de Dios”

Dentro de los planes a corto plazo de este artista plástico oriundo de Cabarete, Puerto Plata, está el realizar una gran exposición individual antes de final de año, aquí en Santo Domingo, donde exhibirá sus mejores dibujos.

Dentro de los planes a corto plazo de este artista plástico oriundo de Cabarete, Puerto Plata, está el realizar una gran exposición individual antes de final de año, aquí en Santo Domingo, donde exhibirá sus mejores dibujos. Sus obras también forman parte de importantes colecciones de galerías de Alemania, país donde John Lewis planea residir a partir del 2014, para continuar uno de sus mayores anhelos dar a conocer el arte dominicano y su cultura en otras fronteras. Para Pichardo, la clave para transcender en cada proyecto que se emprende es poner empeño y dedicación, y es por ello que aconseja a las futuras generaciones de artistas que más que pensar en el dinero que se puedan ganar con sus obras, lo importante es la permanencia en el gusto del público.

¿A qué edad comenzó a pintar?
Desde los ocho años comencé a realizar mis primeras manifestaciones artísticas. Siempre me he sentido inclinado por el dibujo, me gustaba pintar los personajes de la  lucha libre y de los muñequitos. Cuando llegaba de la escuela mi abuela me llamaba para que almorzara, pero por estar pendiente a esta pasión hasta me olvidaba de comer.

Al principio, ¿dónde plasmaba su arte?
Cuando tenía 10 años, al no tener dinero para comprar materiales para realizar mis dibujos, yo iba construcción por construcción buscando las fundas de cemento vacías para cortarlas y hacer el papel que me servía de base. Mis creaciones las realizaba con lápiz de carbón.

¿Realizó estudios especializados de pintura?
Soy autodidacta, mi arte es innato, todo el que conoce mis creaciones siente admiración al ver cómo manejo las perspectivas, la luz y la sombra, cómo mezclo los colores. Yo vivía en el sector de Los Alcarrizos y mis amigos, que también gustaban de la pintura y el dibujo, al ver el desenvolvimiento que tenía me pedían asesoría en algunos de sus trabajos. En un tiempo quise entrar a estudiar pintura a la Escuela de Bellas Artes, pero por desgracia la casa donde vivía se incendió y tuve que regresar a mi pueblo natal Puerto Plata, junto a mi familia, donde hasta la actualidad resido.

¿Has tenido apoyo de alguna entidad o persona?
Mis primeros conocimientos en cuanto a colores se refiere se lo debo al maestro Gerónimo Martínez. Siendo muy jovencito iba a trabajar a la fábrica de cerámica roja “Carla”, que había en el sector de Los Alcarrizos, propiedad del señor Ángel Miolán. Gerónimo  era dibujante, escultor  y pintor, me enseñó mucho de sus conocimientos. Luego seguí adelante solo.

En el área promocional he tenido gran apoyo al igual que otros jóvenes talentos de nuestro sector, de José Jiménez, a través de su fundación Artes Proyecto.

¿En qué se inspira para realizar sus obras?
Ya de adulto realizaba murales y letreros para ganarme la vida, pero  en realidad quería algo más con lo que pudiera identificarme, con lo que la gente me reconociera. Luego de muchos años de buscar mi identidad, finalmente la encontré en una mezcla de ilusionismo, realismo y surrealismo.
De cualquier situación diaria me surge una idea, de repente hasta de una mancha en la pared, me surge una idea. Tomo papel y lápiz y me pongo a “bocetear”.

Mi pintura lleva siempre un mensaje, un sentimiento que puede ocurrir en cualquier parte del mundo.

¿A cuáles artistas plásticos admiras?
De Europa, admiro a Miguel Ángel, a Leonardo da Vinci y Rafael, y de la República Dominicana al fallecido Cándido Bidó; también a Guillo Pérez y Elsa Núñez. Ellos han dado un gran  aporte a la plástica dominicana y la han hecho transcender fronteras.

¿Ha realizado alguna exposición individual?
Sí, aunque han sido pequeñas muestras. He expuesto en Punta Cana, en Sosúa, Puerto Plata y Cabarete. En estos lugares no hay salones grandes para exponer como en la ciudad de Santo Domingo. Mi primera exposición se llamó “Metamorfosis”.

¿Ha participado en alguna colectiva?
Sí, en el 2010 participé en la colectiva titulada “Matices de seis”, realizada en el Domínico-Americano. Éramos seis artistas con un total de 36 obras, entre abstracto y paisajismo. Yo marqué la diferencia, mis pinturas fueron surrealistas y realistas y aunque un poco raras en comparación con las demás, tuvieron una crítica y aceptación favorables.

De sus obras, ¿cuál ha tenido mayor significado para usted?
Una que titulé “Triple reflejo”, aquí tres mujeres verticalmente sentadas reflejan los diferentes estados de ánimo del cuerpo. Una expresa tristeza, otra alegría y otra duda. Mis pinturas siempre llevan un mensaje de la vida real. l

Satisfacción
Amo lo que hago y esto me llena de mucha satisfacción. Con el tiempo y la perseverancia podemos ver los frutos de nuestro trabajo”.

Un mensaje
Mi pintura lleva siempre un mensaje, un sentimiento apreciable en cualquier parte del mundo”.

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