Era imberbe cuando leí la noticia: La ciudad de Santiago ha ganado la sede de los XV Juegos Centroamericanos y del Caribe, será en el año 1986. Hubo algarabía colectiva. La Ciudad Corazón empezó a movilizarse para preparar un buen evento. Y con mucho esfuerzo y mayor entusiasmo, organizamos unos juegos de primera categoría. Quienes estuvieron presentes lo recuerdan con agrado. Participaron casi 3,000 atletas, en 22 deportes, representando 26 países.
Nuestros atletas se destacaron como nunca, inspirados, además, por los aplausos de un público que los apoyó. Obtuvimos 70 medallas: 9 de oro, 34 de plata y 27 de bronce. Logramos el séptimo lugar en la tabla del medallero. No podemos olvidar a “La Marchanta”, representada en el logo; de igual manera a “Chaguito”, el alegre burrito que fue la mascota.
Gracias a “Santiago 86”, se construyó La Barranquita, uno de los complejos deportivos más completos del Caribe y la piscina olímpica ubicada en la PUCMM; se desarrollaron y surgieron nuevos atletas y técnicos que pusieron en alto nuestra bandera; la dirigencia deportiva y la crónica deportiva se fortalecieron… Y a pesar del tiempo transcurrido, ese árbol continúa dando frutos.
La semana pasada, el Comité Olímpico Dominicano, en el marco de sus 70 aniversario, conmemoró los 30 años de los XV Juegos Centroamericanos y del Caribe “Santiago 86”, con una impresionante gala celebrada en la explanada del Monumento a los Héroes de la Restauración. Para tal motivo se había creado un Comité Organizador presidido por el ingeniero Félix García.
El acto fue impresionante. El movimiento deportivo estuvo presente, al igual que los sectores más representativos de la ciudad. Hubo homenajes a atletas y a dirigentes, gratas anécdotas, encuentros de valiosas personas que tenían décadas sin verse, documentales, música, alegría.
Y allí, como un razonable y justo reclamo, varios de los que hicieron uso de la palabra solicitaron que Santiago fuera sede de otros Juegos Centroamericanos y del Caribe, lo que puede ser en el año 2026. El público aplaudió emocionado cuando escuchó esas voces.
En ese orden, en Santiago tenemos las infraestructuras deportivas necesarias, la capacidad organizativa, el aeropuerto, hoteles adecuados, el apoyo del sector empresarial y, sobre todo, el anhelo de contar con un proyecto de trascendencia que nos motive a desarrollarnos como ciudad, lo que tanta falta nos hace, pues estamos perdiendo el protagonismo en el país.
Las condiciones están dadas para que la capital del Cibao, nueva vez, sea la anfitriona de una fiesta deportiva que nos unirá más con nuestros países hermanos. Debemos empezar a darle forma a esa noble iniciativa. “Santiago 2026” será una realidad, o al menos muchos estamos
dispuestos a trabajar para que así sea.
