Lecciones de la reforma tributaria

Las estadísticas sobre las ventas de bienes y servicios están aportando importantes lecciones acerca de la última reforma tributaria realizada en el país. Durante una reciente visita al Palacio Nacional, el presidente de la Cervecería Nacional…

Las estadísticas sobre las ventas de bienes y servicios están aportando importantes lecciones acerca de la última reforma tributaria realizada en el país. Durante una reciente visita al Palacio Nacional, el presidente de la Cervecería Nacional Dominicana (CND), Franklin León, reveló una drástica disminución en las ventas de cervezas, comportamiento que atribuyó a los efectos de la reforma tributaria.

Posteriormente, la presidenta de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), Ligia Bonetti de Valiente, ofreció cifras sobre el comportamiento de las ventas de su sector y de otras áreas de la economía, tan importantes y preocupantes como las que citó el principal ejecutivo de la CND.

La señora Bonetti de Valiente citó una reducción de las ventas en dos meses por más de RD$30,000 millones, correspondientes a los sectores manufactura, agropecuario y servicios.

Cuando se incluye manufactura y agricultura, necesariamente se está abarcando a bienes básicos, como alimentos. Y cuando los consumidores bajan su demanda de bienes esenciales, es porque la situación económica se les complica, “se les aprieta”, como dice el pueblo.

El Gobierno ha dicho que agilizará las obras públicas que tiene en ejecución, como una forma de buscar una dinamización de la economía. Pudiera ser una admisión de que hay enfriamiento en la actividad económica.

No hay dudas de que la reforma tributaria aprobada en noviembre último ha servido de freno a la demanda, por su impacto sobre los precios. Fue una reforma que tocó todas las actividades esenciales susceptibles de ser alcanzadas por impuestos, como son el ingreso, el patrimonio y el consumo.

El cálculo original hecho por las autoridades planteaba que la reforma impactaría en el equivalente al 2% del producto Interno Bruto (PIB). Tomando en cuenta que ninguna de las anteriores cinco o seis reformas había logrado aportar un 2% del PIB, se anticipaba que la nueva propuesta tendría un fuerte impacto sobre los precios y por consiguiente, sobre el consumo.

Aunque el Gobierno estaba compelido a buscar recursos suficientes para ejecutar sus proyectos y para ir desmontando el elevado déficit fiscal que heredó, la vía elegida para lograr esos ingresos, la de crear nuevos impuestos, parece que no fue la más idónea, pues parece haber saturado el ambiente.

Alimentos más caros, servicios incrementados de precios son algunos de los efectos de la reforma, que parece actuar como un ajuste fiscal para el sector privado, represando el consumo y hasta difiriendo decisiones de inversiones en nuevos proyectos.

El Gobierno ha expresado su interés en dinamizar la economía, pero los impuestos no son la mejor forma de hacerlo. Mientras por un lado se procura que el dinero fluya a la economía, mediante la aplicación de una política monetaria flexible, por otro lado, los impuestos están actuando como un freno. Son lecciones de la reforma tributaria, que deberían al menos generar análisis y estudios. l

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas