El mundo ha perdido uno de sus principales líderes morales. Uno de los hombres más importantes de la historia reciente. Nelson Mandela murió ayer a los 95 años. Mandela venció todos los obstáculos. A sus opresores, a los extremistas en el seno de su propio pueblo, a los muros de la prisión, la soledad, el desaliento, la discriminación. Con él ganó la persistencia, el valor y la templanza, la libertad, el derecho a la vida.
Mandela asumió el liderazgo del Congreso Nacional Africano (ANC) y dirigió las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica. Al resultar victorioso en 1994 con las primeras elecciones por sufragio universal, se convierte en el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente.
Cuando en 1999 abandonó la presidencia, contrajo diversas responsabilidades de liderazgo en varias esferas. Sin embargo, el deterioro de su salud poco a poco lo fue alejando de dichas actividades.
Premio Nobel de la Paz en 1993 y un incansable defensor de los derechos humanos, recibió más de 250 premios y reconocimientos internacionales durante cuatro décadas.
Mandela estuvo particularmente vulnerable a problemas respiratorios debido a la enfermedad que contrajo durante su encarcelamiento.
Ya enfermo, su lucha contra las injusticias, la pobreza y a favor de los disminuidos por el sida, o en la defensa de los derechos de la infancia, no cesó. Forma parte de una herencia que apela a la condición humana por encima de ideologías y razas.
La iniciativa contra el sida se convirtió en el mayor movimiento de concienciación contra la pandemia, a través de conciertos multitudinarios que contaron con el apoyo de estrellas internacionales como Bono, de U2, Peter Gabriel o Brian May (Queen).
El fallecido líder sudafricano dio su respaldo a no menos de cuarenta instituciones benéficas, según los datos de la Fundación Mandela. Madiba, como llaman cariñosamente los sudafricanos al expresidente, fundó esa organización benéfica con su propio sueldo, tras asumir la jefatura de Estado en 1994.
Sudáfrica y el mundo pierden a uno de los mayores luchadores por los derechos humanos, por la paz, la igualdad y la solidaridad.
Paz a sus retos.
