Los amigos de Hugo Chávez responden a Fernando Casanova y Llaca

Soy de una generación que tuvo la honra de vivir etapas donde las utopías aun eran banderas de lucha para las sociedades del mundo.

Soy de una generación que tuvo la honra de vivir etapas donde las utopías aun eran banderas de lucha para las sociedades del mundo.

Escuchaba los cantos lejanos de voces solidarias y amadoras unidas por la libertad de uno que en su tiempo fue llevado a la cárcel con un grupo de sus hermanos de lucha acusado de ser terrorista.

Ese que por amor a su pueblo tuvo que ver a su madre por última vez en la cárcel en una visita que esta le hiciera al hijo de sus entrañas por haber asumido una causa de amor y libertad por los suyos, pagó el precio de los héroes de nuestros tiempos, el sufrimiento y el profundo dolor, de ver cómo sus hijos, su esposa y su madre pasaban todo tipo de penurias, y él estando en la cárcel por su compromiso de justicia y libertad con su pueblo, cuando antes ellas dependían de su trabajo honesto como abogado.

Sí, crecí en ese tiempo, con las voces amigas de todas las naciones reclamando “liberen a Mandela”. El mismo que una vez de pagado su alto precio por ser un buen hijo de la humanidad alcanzó la presidencia de Sudáfrica, y el mismo que abrazó a Gadafi, el líder libio, y lo exaltó por nunca haber abandonado la causa de libertad del continente africano.

Es verdad que existen esos tipos de personas que se cubren de una apariencia de intelectualidad, pero jamás muestran en sus enfoques ningún viso de luz y compromiso con las causas humanas verdaderas, se hacen cómplices del sistema injusto que poderosos nos imponen a la fuerza de sus ejércitos y de sus malhabidos recursos, y empiezan a decir todo tipo de cosas, que son solo comparables al hedor que producen las inmundicias salidas de nuestras frágiles envolturas carnales.

Son partes de esos diseños publicitarios que sólo persiguen programar a los pueblos en una forma de pensar determinada, y cuan atrevidos son cuando sin juzgar el tiempo en que viven se atreven a lanzar todo tipo de acusaciones y adjetivos sobre personalidades que nunca desde estos litorales fuertemente influenciados por los amos del mundo, se logra captar su obra innovadora y justiciera con sus pueblos.

Mantienen a los pueblos ignorantes para que sean presas fáciles de sus perversos adoctrinamientos, y vayan como manadas por donde indiquen los que gozan del alto poder de utilizar los medios de comunicación para despachar todo tipo de irresponsables acusaciones sobre seres humanos auténticos que han tenido que echarse en sus hombros las consecuencias de trillar un camino nuevo y por demás perseguidos por quienes se creen dueños del mundo. Y así le llaman a Satanás en las Sagradas Escrituras, el amo de todos los reinos del planeta.

A esos desvergonzados nunca les he visto atacar los antivalores presentes en el contenido musical de las más connotadas expresiones artísticas de ese mundo sucio y asqueante que domina a las naciones más poderosas económicamente de la tierra. Nunca lo hemos visto cuestionar la gran mentira del ataque terrorista del 11 de septiembre, cuando los mismos norteamericanos, figuras de gran prestigio, arriesgando sus propias vidas, son los que señalan el auto ataque terrorista que ellos mismos hicieron para poder justificar una política guerrerista al mundo en busca de los supuestos responsables de esa tragedia humana.

Nunca lo hemos visto cuestionar el modelo económico imperial, capitalista y neoliberal que ha llevado a las principales economías del mundo al casi colapso del sistema financiero global. Cuando economistas de todas las latitudes del planeta Tierra, advirtieron con tiempo del desastre que se apresuraba por las decisiones económicas tremendistas que se habían tomado.

La verdadera amenaza de esta Tierra es ese capitalismo voraz insostenible, glotón y depredador de nuestro medio ambiente, amenazando la existencia humana en el planeta. Se les olvida a esos descerebrados falseadores de la verdad, que ha sido Estados Unidos el único país en el mundo que ha lanzado bombas atómicas a población civil. O se les olvida que ese país es el del modelo económico más contaminante de la Tierra, consumiendo más de la mitad de la gasolina del planeta, con solo un 4% de la población mundial.

El país que no asume el protocolo de Kioto, suscrito por otras naciones para eliminar los gases contaminantes por el uso de combustibles fósiles, y principal causa del calentamiento global, que según los informes de la ONU ya existen más de 100 millones de desplazados como consecuencia de los fenómenos naturales que responden a este fenómeno del cambio climático por la acción histórica irracional de la humanidad. Y la nación más consumista del mundo aporta el 25% de los gases contaminantes de efecto invernadero, según los informes de las Naciones Unidas. Pero ellos no quieren asumir la reparación de este gradual genocidio que se comete contra toda la humanidad.

Por ello me siento avergonzado con dominicanos que tienen el tupé sin ningún tipo de pruebas y sin responder a rigores científicos en la exposición de sus ideas, de llamar dictadores a los gobernantes de los países del ALBA liderados por Hugo Chávez. Y los acusa por sus relaciones con Irán, de colaborar con los grupos terroristas del mundo. Solo porque los halcones de Washington así lo han clasificado. Se les olvida que el anterior presidente de ellos, George W. Bush, mintió más de 200 veces acusando a Irak de poseer armas de destrucción masiva, y luego, en su misma autobiografía, admitió que él sabía que no existían y aun así justificó la invasión por esta razón, engañando flagrantemente a los pueblos del mundo y lacerando la paz de la humanidad.

Y qué importaban las armas de destrucción masiva, ellos sólo estaban interesados en los pozos petroleros de esa nación aniquilada. Y por eso también quieren por todas las vías desestabilizar a Venezuela, la nación poseedora de la mayor reserva de petróleo del mundo en la Franja del Orinoco.

O esta gente, dizque culta e inteligente que escriben tan vulgarmente sobre gobernantes elegidos democráticamente por sus pueblos, lanzando todo tipo de calumnias contra ellos, y presentándolos como los responsables de la inestabilidad de la región y de la amenaza a la paz de nuestros pueblos latinoamericanos caribeños, por sus relaciones soberanas con la nación hermana de Irán, que tampoco es una nación terrorista, como así lo han dicho sus principales detractores del norte. Piensa esta gente que la humanidad sigue ciega, vivimos en una época de despertar humano, y sepan que a la humanidad de Dios nada ni nadie la destruirá.

Les recuerdo que Hugo Chávez es el presidente de una nación hermana, en la que vivió su exilio nuestro patricio Juan Pablo Duarte, y también murió en esas tierras natalicias del libertador Bolívar. Les recuerdo que Hugo Chávez es el de la iniciativa de Petrocaribe, el que se ha echado en sus hombros la redención de nuestros pueblos americanos, porque nosotros sí que somos americanos.

No es un dictador, ya lo decía Lula Da Silva, en Venezuela se vive un exceso de democracia. Los desafío a que busquen una sola iniciativa con las características de PetroCaribe. Lo que pasa es que a los gobiernos derechistas, como es el caso dominicano, no les conviene que nuestro pueblo conozca las profundidades de un acuerdo que ha brotado del amor revolucionario por los pueblos más pobres del continente. Como lo decía el Rabino de Galilea, “…por sus frutos los conoceréis…”

Difieran de él por su estilo, por sus ideas, pero no digan que es un dictador, porque no lo es, ni mucho menos que es un terrorista porque tampoco lo es. Lo que está pasando en las naciones poderosas vanguardistas del sistema capitalista, yo lo defino como justicia divina, la caída de Babilonia, la gran ramera.

Si algunos escritores que hablan así del comandante Chávez, lo hacen en una esquina, o en una tertulia, yo ni me animo a responderle, pero cuando lo hacen en un medio de tanto prestigio nacional, los verdaderos dominicanos tenemos que poner a esas personas en sus puestos, y hablarle la verdad espiritual, histórica y científica al pueblo dominicano acerca de estas falsas y malignas acusaciones que se esgrimen contra los maravillosos procesos que se viven en esos países hermanos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Uruguay, entre otros.

Esta gente, haciendo falsa gala de cultura e intelectualidad, calumnian y difaman a hombres honestos y valientes, que se la han jugado, cada día exponen sus valiosas vidas por la felicidad, la justicia y la paz de sus pueblos. Me atrevo a decir que esos que escriben así, no tienen ni una millonésima parte de un protón de la valentía que les sobra a esos gigantes contemporáneos de nuestra época: Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa.

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