Los gabinetes

El mejor de los entretenimientos presentes parece ser poner la imaginación a correr creando gabinetes ficticios del presidente electo, Danilo…

El mejor de los entretenimientos presentes parece ser poner la imaginación a correr creando gabinetes ficticios del presidente electo, Danilo Medina.

Indudablemente, eso va en correspondencia con esa actitud propia de nosotros, los dominicanos, de buscarle la quinta pata al gato, es decir, buscarle periquito a todo, como dice la gente, ya que con la construcción de estos gabinetes de escritorio, el morbo de muchos se satisface, y en algunos casos, la bellaquería se siente. Por esta última razón, es probable que muchos que se saben o se creen cerca de El Titán de Bronce rechacen ser incluidos en estos gabinetes oficiosos, ya que pudiera ser obra de sus contrarios para que la esperada designación no se produzca. Ahora, lo cierto -¡pero que es cierto!- es que Medina y solo Medina sabrá a quienes escoge para que vayan con él hacia el paraíso… digo, el Gobierno. ¡¿Qué cosa? ¿Eeehhh..?!

Fantasma

El fantasma de la división ronda por el PRD, y no solamente amenazando con un ¡buuu, buuu, buuu!. Tanto, que la dirección institucional de la agrupación ha cerrado las puertas de la Casa Nacional para evitar que levantiscos penetren a la sede principal del partido blanco, obligando a radicaloides empujados como borregos hasta allí dizque para expresar sus deseos de que expulsen a Miguel Vargas Maldonado de la presidencia de la organización a expresar sus propósitos en “ruedas de prensa” improvisadas en la acera y/o marquesinas de la estructura. Me cuentan, además, que el cierre es una disposición surgida tras informes en el sentido de que hay quienes han propuesto ocupar el edificio “a como dé lugar” para después aplicar aquello de que “después del palo dao, ni Dios lo quita”. Ocurre que la alta dirección perredeísta tiene los detalles de todo el entramado y, si quisiera, pudiera hasta recurrir a la fuerza pública para el resguardo de la seguridad del inmueble, aunque es probable que haya quienes aleguen que “en ese tipo de pleito no puede uno meterse”. ¡Hummm…! l

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