Nunca pensé que en una accidentada temporada como la que corre actualmente en el baloncesto de la NBA iba a visualizar el nombre de Kobe Bryant entre los primeros dos en promedio y en minutos jugados en la NBA.En ambos casos, Bryant está en el segundo lugar de toda la liga, algo que me dejó en shock por tres simples razones: Kobe tiene 33 años, lleva 16 temporadas en la NBA y, lo más llamativo, viene de tener problemas con sus rodillas.
Son tres variables enemigas de los muchos minutos en cancha y me parece que el dirigente Mike Brown está jugando con candela, sobre todo a estas alturas de una campaña que ha sido mucho más exigente que ninguna otra por lo apretado de su calendario.
Cuando leí un “tuiter” en ese sentido del reputado analista de Espn, Alvaro Martín, no hice más que recordar a Gregg Popovich, a quien he visto en esta misma campaña sacrificar victorias sentando al veterano Tim Duncan o a Tony Parker solo por el hecho de descansar a sus figuras a los fines de ganar el siguiente encuentro.
Kobe no es un niño, esas piernas, por más bien que estén, no están para jugar esa cantidad de minutos, más si se toma en cuenta que los playoffs están al doblar de la esquina.
Es imperdonable, porque se trata de un hombre que se faja en defensa, pero que también es el mejor jugador del equipo y todos sabemos qué implica eso.
Bryant (38.8 en promedio y 1,746 en minutos jugados) no es Kevin Love (líder con 39.7 en promedio) o Dwight Howard (líder en minutos jugados con 1,811), a quienes sus compañeros alimentan constantemente. Él tiene que auto gestionar sus canastos, salir de pantallas, driblear el balón y muchas otras cosas más que desgastan el físico más fácilmente.
Si bien la banca de los Lakers no es la mejor del mundo y que Lamar Odom y Shannon Brown ya no están, estoy seguro de que con Phil Jackson al mando Kobe no estuviese jugando esa cantidad de minutos y solo basta con dar un vistazo a su comportamiento en cancha durante la temporada anterior cuando su promedio fue de 33.9.
Kobe no es un niño. Tarde o temprano eso sale ¡cuidado!
