Los tropiezos de la PN

La Policía Nacional tiene una tarea titánica por delante. Es una iniciativa urgente, la cual debe acometer simultáneamente con la reforma en la que se ha involucrado a raíz de la promulgación de su nueva ley orgánica.

La Policía Nacional tiene una tarea titánica por delante. Es una iniciativa urgente, la cual debe acometer simultáneamente con la reforma en la que se ha involucrado a raíz de la promulgación de su nueva ley orgánica.Se trata de su propio control, de las investigaciones a sus propios miembros, a su personal, sea cual sea su rango. Los constantes escándalos que involucran a oficiales de todos los niveles en hechos reñidos con las leyes se convierten en obstáculos para la necesaria transformación policial.

La Dirección de la Policía Nacional está empeñada en que la ciudadanía le tenga confianza a la institución. Y es un esfuerzo loable, que debe ser asimilado y apoyado. Pero de nada vale el esfuerzo, si mientras por un lado se hacen exhortaciones y por otro surgen situaciones que ahuyentan, espantan la posibilidad de que la población confíe en los integrantes de la institución llamada a garantizarle seguridad.

Dos acontecimientos informados esta semana por la propia Policía se suman a un rosario de situaciones que desdicen de lo que debe ser un modelo de buena policía. En Santiago tres agentes fueron detenidos y sometidos a la Justicia junto a dos civiles, acusados de asociación de malhechores. Se les señala en acciones de sicariato, una modalidad de crimen por encargo.

El martes último la Dirección de Relaciones Públicas de la Policía informó que un coronel fue investigado por el Departamento de Asuntos Internos, por querellas presentadas en su contra por un grupo de pescadores que encontraron drogas en una playa de la región Este y que el oficial les habría exigido, a manera de chantaje, la entrega de 500 mil pesos. Por el mismo caso se informó que fueron sometidos otros cinco policías, incluidos un capitán y dos tenientes.

Estos escándalos surgen a lo interno de la Policía cuando todavía no ha terminado el proceso relativo al robo de un cargamento de drogas, calculado en millones de pesos, por cuyo hecho fue prácticamente desmantelada la estructura de mando de la Dirección Central Antinarcóticos de la Policía Nacional, más conocida por sus siglas Dican. Ese rosario de hechos, que no son todos, dicen que la Policía tiene que realizar una profunda limpieza, si quiere merecer confianza. Primero hay que actuar y corregir.

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