BARCELONA, España. Superado el ecuador de la liga española, el arranque de la segunda vuelta este fin de semana depara un reto de altura para los equipos que dominan el circuito.El Atlético de Madrid visita al Sevilla, Levante choca con Barcelona y la posibilidad que el Real Madrid, rival del Betis, se una a rojiblancos y azulgranas en la cima de la clasificación.
Barsa y Atlético figuran como colíderes tras 19 fechas disputadas y 50 unidades cosechadas por ambos, que empataron 0-0 en feudo “colchonero” el pasado sábado. El Madrid, que venció 1-0 al Espanyol que dirige el mexicano Javier Aguirre, aprovechó el reparto de puntos para recortar su desventaja a tres y podría dejar la diferencia en cero si vence hoy en cancha del colista.
Tanto el Barsa, primero en la tabla por mejor diferencia de goles, como el Atlético, juegan mañana. Aparentemente superado un primer periodo de aclimatación, llega la hora de la verdad para Gerardo “Tata” Martino, que no podrá contar con el sancionado lateral Dani Alves ni con el brasileño Neymar por lesión.
Su compatriota y homólogo Diego Simeone también afronta otra dura prueba al frente del Atlético, que recibe a uno de los conjuntos más en forma en el Sevilla y uno de los goleadores más temidos: el colombiano Carlos Bacca.
Los “colchoneros” buscan mantener la misma tensión competitiva que les ha permitido codearse hasta ahora con los dos gigantes de la liga. El juego del vecino Madrid sigue sin enamorar, pero los de Carlo Ancelotti acumulan seis triunfos consecutivos y anhelan que el trofeo al Balón de Oro entregado a Cristiano Ronaldo sirva para lanzar todavía más al “crack” portugués, líder de la tabla de cañoneros con 20 dianas pese a errar varias ocasiones ante el Espanyol y redimido en la copa, donde los blancos se deshicieron cómodamente de Osasuna gracias a su acierto goleador.
Neymar se perderá de tres a cuatro semanas
Neymar será baja de tres a cuatro semanas tras sufrir un esguince de tobillo derecho, informó ayer el Barcelona. El delantero brasileño se lastimó el jueves en un partido contra Getafe por la Copa del Rey, al intentar alcanzar un balón cerca de la línea de fondo.
Neymar se torció el tobillo de fea manera y cayó al suelo, sin ser tocado por otro jugador.
