La Asociación Dominicana de Profesores tiene sus grandes pecados, como todos los actores del sistema educativo. Ninguno está libre de ellos en la compleja problemática de nuestra atrasada educación. No es la ADP el instrumento magisterial idóneo para la formación de estudiantes con las capacidades que hacen falta, de cara al futuro. Sin embargo, eso no desmerita su demanda salarial. Un nuevo perfil magisterial empieza por un profesional docente adecuadamente remunerado; el “4%” también tiene que servir a ese fin, sin duda. Sobre una base salarial alta y anualmente indexada, corresponde a la ADP revisarse y comprometerse a jugar de manera socialmente responsable, un verdadero rol por la calidad de la educación.
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La Asociación Dominicana de Profesores tiene sus grandes pecados, como todos los actores del sistema educativo. Ninguno está libre de ellos en la compleja problemática de nuestra atrasada educación. No es la ADP el instrumento magisterial idóneo̷
