LAS VEGAS, NEVADA. Juan Manuel Márquez, y tengo que exponerlo de manera categórica, le propinó a Manny Pacquiao el nocaut del año. ¡Y qué nocaut! A la 1:28 de la madrugada del pasado domingo, en la arena del GRAN MGM, dio inicio a la pelea que todos esperaban.
Era la cuarta pelea que iban a protagonizar estos dos estelares gladiadores del boxeo moderno. Y también pueden ser bautizados como “súper boxeadores”.
Más de 17,000 personas atestaron el escenario del MGM. Porque así tenía que ser en razón de que se estaba a la espera del millonario match en el que, dicho sea de paso, no estaba en disputa ningún título del mundo.
Sin embargo, en el combate, pactado en la división welter, iba a estar en juego el honor, la hombría, la dignidad y, además, ¡a demostrar quién era el mejor de los dos!
Pero también, y como para ponerle más expectación a la reyerta, el ganador iba a recibir un premio muy especial: El trofeo denominado “Boxeador de la década” certificado por la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
A Juan Manuel Márquez, tras propinarle a Manny Pacquiao el contundente nocaut en el sexto round, ahora se le debe conocer como “El boxeador de la década”.
Pacquiao, sorprendido
Los más de mil periodistas que cubrimos esta cuarta pelea Pacquiao-Márquez quedamos absortos con el nocaut, para muchos inesperado, que el pugilista mexicano le asestó al filipino.
Márquez, en el tercer round, había enviado al piso a Pacquiao al conectarle un gancho volado a la cabeza. Pero el filipino escuchó de pie el conteo de protección (8 segundos). Se levantó
Y continuó en acción.
La reacción del filipino no se hizo esperar. En el quinto, con una violenta combinación, mandó al piso a Márquez.
Parecía que Pacquiao, quien descargó en el sexto round una lluvia de golpes sobre el cuerpo de Márquez, trillaba el camino del éxito.
Continuará.
