Más allá de la defensa

La República Dominicana, con sus cincuenta años de predominio del sistema democrático, avanza, y con ella, sus instituciones.

La República Dominicana, con sus cincuenta años de predominio del sistema democrático, avanza, y con ella, sus instituciones. Una de ellas, las Fuerzas Armadas. Sometidas a críticas y a escasos reconocimientos. Hoy la valoramos como acompañante para el desarrollo. La Constitución así lo prevé, en el entendido de que avanza al mismo ritmo de la sociedad.

Las Fuerzas Armadas de hoy distan mucho de la que se formó en la tiranía y heredó Joaquín Balaguer. Desde el cambio político de 1978, se abrió un proceso de institucionalización centrado en la profesionalización y el apartidismo.

Es misión de las Fuerzas Armadas la defensa de la Nación, su independencia, soberanía, integridad de sus espacios geográficos, la Constitución y las instituciones de la República. También podrán intervenir, cuando lo disponga el Presidente de la República, en programas destinados a promover el desarrollo social y económico, mitigar situaciones de desastres y calamidad pública, concurrir en auxilio de la Policía para mantener o restablecer el orden público en casos excepcionales, siempre obedientes al poder civil, apartidistas y sin facultad deliberativa.

Las Fuerzas Armadas disponen de recursos humanos que usualmente no son utilizados por el Estado. Lo confirma la construcción del pueblo de Boca de Cachón, que no fue sólo una labor de gestión, sino de materialización de todos los detalles, desde la varilla inicial hasta la pintura final, con ahorros para el Estado de más de un 80%. Y esta semana terminarán una pequeña comunidad levantada de emergencia para los desalojados de Gazcue, bajo el mismo esquema. Es un modelo que se puede replicar en casos especiales.

Esta experiencia sugiere que debemos valorar adecuadamente los recursos de que disponemos en nuestras Fuerzas Armadas. Al margen de sus servicios de defensa del territorio, la seguridad ciudadana y la lucha contra el crimen, el Estado debe considerar sus capacidades en tareas de apoyo a programas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Un papel importante en unas Fuerzas Armadas de la modernidad, que avanzan de acuerdo a los tiempos que vivimos. Más allá de la defensa convencional, también pueden impulsar el progreso nacional.

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