Más de ambos, directos e indirectos

La insuficiencia de la recaudación tributaria dominicana vuelve a ocupar un lugar importante en el debate nacional, luego de que la CEPAL publicara las Estadísticas Tributarias en América Latina 1990-2012. Las mismas revelan que en el 2012, después&#8

La insuficiencia de la recaudación tributaria dominicana vuelve a ocupar un lugar importante en el debate nacional, luego de que la CEPAL publicara las Estadísticas Tributarias en América Latina 1990-2012. Las mismas revelan que en el 2012, después de Guatemala (12.3%), la República Dominicana (13.5%) fue el país con menor presión tributaria de la región.

La semana pasada, el Banco Mundial, al analizar el sistema tributario dominicano indicó que el mismo es muy regresivo pues la mayor parte de las recaudaciones, son producidas por los impuestos indirectos, es decir, los que gravan el consumo de bienes y servicios. Indica que la tributación directa, la que recae sobre los ingresos, las utilidades y los activos (riqueza) es muy baja.

Exhortó al Gobierno dominicano a reformar el sistema tributario para aumentar la participación de los impuestos directos y reducir la de los impuestos indirectos, con lo cual entiende, mejoraría el nivel de progresividad del sistema tributario dominicano.

Luego de las declaraciones del Banco Mundial, el Ministro de Hacienda de la República Dominicana, Simón Lizardo, reconoció el bajo nivel de las recaudaciones en el país, resaltando que el gobierno debe hacer esfuerzos para aumentarlas, a través de una mayor eficiencia en el cobro de los impuestos, para que aquellos que deben tributar lo hagan, reduciéndose de esa manera los elevados niveles de evasión fiscal que existen en el país.  Como bien expuso el Ministro de Hacienda, con una presión tributaria en la vecindad del 14% del PIB  y un gasto público de 18% del PIB, que es uno de los más bajos de la región y por tanto, no alcanza para mucho, República Dominicana tiene un enorme reto por delante para lograr la sostenibilidad fiscal, pues el gasto que no se cubra con impuestos tiene que financiarse con endeudamiento público interno y externo. Endeudar al país para compensar por la evasión fiscal y por las abultadas exenciones fiscales constituye una estrategia peligrosa que más temprano que tarde deriva en una crisis fiscal.

Podría pensarse que el problema de la baja recaudación de los impuestos directos, es decir, el impuesto sobre la renta, las utilidades y los activos se debe a que nuestras tasas impositivas son bajas. No es así. La tasa marginal máxima promedio de impuesto sobre la renta personal en América Latina es 29%; la nuestra es 25%, no muy distante del promedio de la región. En el caso de este impuesto directo el problema de la baja recaudación se debe a que apenas 8 de cada 100 asalariados pagan el impuesto; los 92 restantes devengan un salario inferior al mínimo exento. Mientras en Costa Rica, Honduras y El Salvador el monto exento equivale a un salario mínimo, en República Dominicana era de 3.36 salarios mínimos en el 2012, el más elevado de toda la región. A eso debemos agregar la evasión de los que trabajan por cuenta propia y el hecho de que más del 50% de los que trabajan lo hacen en la economía informal.

En el caso de las empresas, la tasa del 29% que prevalecía en el 2012, era similar al promedio de 29.6% de la región. Una serie de exenciones fiscales limitan la capacidad recaudatoria. En el 2012, por ejemplo, se estima que las exenciones de impuesto sobre la renta de las empresas generaron un sacrificio fiscal de 0.41% del PIB. Para el 2014 se estima que estas exenciones costarán al Estado 0.40% del PIB, unos RD$10,900 millones.  A eso hay que agregar el impacto de la evasión y la elevada participación que tiene la informalidad en la economía dominicana.

Las exenciones también erosionan la capacidad recaudatoria de los impuestos sobre el patrimonio. En el 2014 se estima que el Estado dejará de recibir RD$22,532 millones, equivalente a 0.82% del PIB por las exenciones en el impuesto sobre los activos, el impuesto sobre la propiedad inmobiliaria y el registro de la primera placa de los vehículos, entre otros.

Como se puede advertir, el problema no es de tasas. La baja recaudación de la tributación directa en el país se debe a las elevadas exenciones, a la evasión y a la informalidad. Enfrentar esas restricciones toma tiempo y no debemos esperar cambios dramáticos de la noche a la mañana.

El error más grande que podría cometer el Estado dominicano sería el de creer que cobra impuestos indirectos en exceso y que por tanto, debe reducirlos para concentrarse en recaudar con mayor eficiencia los impuestos directos. En el 2012, la recaudación por concepto de impuestos indirectos ascendió a 8.6% del PIB, inferior al 10.4% de América Latina y al 10.6% de Chile. Como se observa, todavía hay un espacio para aumentar las recaudaciones de impuestos indirectos, eliminando exenciones, reduciendo la informalidad, combatiendo la evasión con impresoras fiscales, garantizando la equidad tributaria al consumidor que compra aquí y al que compra en el exterior a través del internet, y reduciendo las exenciones del Itbis.

No olvidemos que mientras América Latina y Chile tienen presiones tributaria de 20.5% y 20.8%, respectivamente, nosotros apenas contamos con 14%. Mejoremos la recaudación directa, sin retroceder en la indirecta.

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