La Materialista como Cheetara

Coordinación: Sarah Carrasco /Texto Leandro A. Sánchez / Fotos karla Sanabia /Manejo digital: Anyohmiy Regalado /Maquillaje: Daihana De Oleo para Michelle Makeup Studio / Body: Salitre Swimwear

Coordinación: Sarah Carrasco /
Texto Leandro A. Sánchez /
Fotos karla Sanabia /
Manejo digital: Anyohmiy Regalado /
Maquillaje: Daihana De Oleo para Michelle Makeup Studio /
Body: Salitre Swimwear

“no me voy a detener. Aunque deje la piel en el asfalto correré por lo que quiero”.

Contenta porque de niña disfrutaba las aventuras de cheetara en la popular serie animada de los 80, los thundercats, le brindamos la oportunidad a “la materialista” de ser por un momento lo que deseaba de pequeña.

Podríamos apostar que casi el 90% de la población, o por qué no, mucho más, ha escuchado hablar de “La Materialista”, intérprete de uno de los temas que ha causado mayor revuelo en la sociedad dominicana, “La chapa que vibra”. Dicho esto, y lejos de la negatividad con la que muchos pueden catalogarla, ella es una joven decidida y con los pies bien puestos sobre la tierra. Se autodefine como una persona que cree en el poder de la fuerza interna y por igual en Dios: “Cuando me levanto encomiendo mi día a Él, permito que haga su voluntad en mí”.

Su deseo es que la recuerden como una mujer espontánea, divertida, impredecible y luchadora, que “cuando me cierran una puerta, entro por la ventana, y si también me la cierran, trato de entrar por una brecha”.

P Vamos a lo esencial, ¿qué superpoder te gustaría tener? El de ayudar a la humanidad a tener más paz, poder cambiar sus sentimientos y manera de pensar. Que haya más amor, fraternidad.

P Cheetara fue el único personaje femenino de Los Thundercats hasta la aparición posterior de Pumara; ella era de suma importancia. ¿Qué consideras vital en la mujer actual, dónde radica su esencia y característica única? La mujer es mucho más sensible aunque por momentos tenga que demostrar lo contrario (ser fuerte y tener determinación). Tiene el poder de luchar con resultados, pues su palabra, la mayoría de las veces, es escuchada. Es una especie de voz que da aliento, confianza. Creo que el rol de toda mujer es poder aportar un grano de arena para la paz, subsanar el mal y transformarlo mediante esa dulce voz que nos caracteriza y con el amor que por el simple hecho de ser mujer llevamos dentro.

Por años, la mujer ha sido tildada de sexo débil. No obs-tante, el mismo tiempo ha sido el encargado de demostrar lo contrario, en algunos puntos. No es casualidad entonces que los medios de comunicación hayan jugado un papel fundamental en esto, promoviendo la aparición femenina en distintos roles. En esta oportunidad, Cheetara, uno de los principales personajes de la popular serie animada de origen americano, los Thundercats, representa ese aspecto que hace a la mujer especial, única: el poder conjugar en un mismo ser, fuerza y ternura.

P Mencionas mucho la palabra paz, ¿cómo llevas un poco de ésta a los demás? No es fácil, lo asocio mucho a mi profesión porque uno se encuentra con situaciones en las que hay que aprender a callar y aguantar, sea por el bien de uno mismo o la carrera. A veces uno tiene que tragarse el orgullo, hacer silencio aunque sepas que tienes la razón, simplemente para llevar las cosas con calma y al final del día lograr el objetivo.

P En su papel, Cheetara era la voz de la conciencia, de la razón. ¿Qué temas te con-mueven? El abuso y maltrato infantil, también a la mujer, porque soy una de ellas y me duele ver lo que les sucede. Lo sufro mucho porque me pongo en el lugar de ellas. Tampoco tolero el abuso de poder.

P Además poseía un sexto sentido felino que le permitía detectar si el mal estaba cerca. ¿Sueles llevarte de tu intui-ción? En eso nos parecemos mucho. Si en momentos de grandes decisiones siento en mi corazón cierta intranquilidad e inseguridad, algo dentro de mí (es una persona de mucha fe, aclara), me dice que tenga cuidado. ¿Algo no me da paz? Es que no me conviene. Me llevo de eso. Y cuando lo hago, siento la paz necesaria. Esto me da la certeza de que estoy tomando la decisión correcta.

P También recibía visiones, ¿te gustaría saber tu futuro? Para nada, prefiero vivirlo día tras día. Entonces, en un momento determinado mirar hacia atrás y ver lo que he logrado.

La velocidad de Cheetara era increíble, ¿consideras que vas al ritmo ideal en tu carrera artística? He tenido que pasar por momentos muy duros; he encontrado muchas piedras en el camino. Pero ahora que Dios ha determinado que este tiempo es perfecto para mí, creo que mis pasos van agigantados. Soy una mujer que no se detiene. Corro por lo que creo. He ido a un paso veloz porque he creído en mí, en lo que sueño. Voy al paso de Cheetara (risas).

Y en lo personal, ¿cómo es “La Materialista”? Una de las cosas que asocio de mi persona con este personaje es que tiene una imagen sexy, fuerte, pero también es tierna. En mi caso, la imagen que proyecto es agresiva (sexy, estrambótica) y el que no me conoce ni me ha tratado, me asocia con cualidades como la altanería. Pero soy una persona de sentimientos muy buenos, de un corazón noble. Pandora supo escoger un personaje para mí.

P El arma preferida de Cheetara es un “Bo”, una especie de bastón. ¿Cuál consideras tu arma? ¿En realidad quieres que te diga cuál es mi arma? (risas) Creo que es mi personalidad. Por ejemplo, hay personas que se acercan a mí sin saber cómo reaccionaré porque creen que soy muy altanera o agresiva, pero termino enamorándoles, quedan flechados por mi forma ser, tan espontánea y chévere. Un arma que pocos conocen y que uso a mi favor. Cuando tengo que ser dulce lo soy, cuando tengo que ser un poquito agria también.

P Paradójicamente, a pesar de sus superpoderes, cuando Cheetara ejercía mucha fuerza terminaba agotada. ¿En algún momento de tu carrera has pensado dejarlo todo? No lo voy a negar, he tenido momentos muy amargos. A veces he querido tirar la toalla, pero el amor y el deseo de lograr lo que quiero, de triunfar, hace que me levante. Por ejemplo, cuando uno trabaja por algo y los resultados no son los esperados, uno se pregunta para qué, si al final del día no complazco a la gente, no le parece bien, más bien lo critican, quieren pisotearlo. Uno se siente rendido, pero hay una parte dentro de ti, que es el hambre de crecer, que te hace levantar, y como el ave Fénix resurjo otra vez con más fuerza.

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