La emisión de decretos presidenciales designando y ratificando a los viceministros de más de 20 ministerios con que cuenta el país, ha dado la impresión de que el presidente Danilo Medina se ha excedido en el nombramiento de esos funcionarios públicos.
Sin embargo, la realidad es otra. Al leer los decretos de designación de los viceminitros, se observa que para cada institución el presidente Medina está seleccionando a seis, es decir, la cantidad máxima de Viceministerios que establece la Ley de Función y Administración Pública para cada institución.
Pero fue apenas ayer que el vocero del Gobierno, Reberto Rodríguez Marchena, dejó claro que los demás viceministros, que en algunas instituciones sobrepasan los 30, quedan sin funciones a partir de la emisión de cada decreto. Es posible que la omisión de esta aclaración haya sido intencional por parte del Gobierno para no generar ruidos ni disgustos de parte de los viceministros innecesarios y en exceso que cesan en sus funciones.
Pero de todas formas, es bueno que de manera institucional el Gobierno deje claro que la lluvia de decretos nombrando y ratificando a viceministros, se mantiene dentro de los límites de la ley y que más que una decisión negativa, como se ha estado interpretando, es el comienzo del fin de una desagradable práctica de mantener en los ministerios del Estado una cantidad exagerada e innecesaria de viceministros sin funciones, sin oficinas, sin responsabilidades específicas, sólo con asignaciones de altos salarios, vehículo, chofer y cuantos beneficios adicionales uno se pueda imaginar, en detrimento de los recursos del Estado.
Otro aspecto a tomar en cuenta, es que si bien se está limitando la cantidad de viceministros, se están emitiendo decretos de designación de asesores para toda clase de actividades. Ojalá que esas designaciones de asesores no se convierta en una sustitución de los viceministros, porque entonces estaríamos en lo mismo.
