Miguel Cabrera: “Ese ponche aún me duele”

Detroit, Michigan.- La lista de momentos duros es extensa, pero el más reciente le martilla con la frecuencia de la gota que acaba con la roca.Ese recuerdo tiene doble acción: lo golpea y lo motiva, lo maltrata y lo…

Detroit, Michigan.- La lista de momentos duros es extensa, pero el más reciente le martilla con la frecuencia de la gota que acaba con la roca.

Ese recuerdo tiene doble acción: lo golpea y lo motiva, lo maltrata y lo empuja. Es indeleble hasta que se vea con los brazos arriba celebrando el último baile de las Grandes Ligas.

A Miguel Cabrera le duele bastante haber sido el último out de la Serie Mundial pasada. Eso solo se cura con un anillo de Serie Mundial para Detroit.

“Para mí no hay un momento más duro que ese ponche para terminar la Serie Mundial pasada”, dice el venezolano a elCaribe. “Es el momento más vergonzoso que he tenido en los últimos años de mi carrera. Nada se compara con eso. Ese ponche me duele bastante. Tener que caminar para el camerino tras ese ponche, mientras el otro equipo celebraba es algo que solo se borra con un anillo y no pretendo descansar hasta que logre eso junto a mis compañeros”, agrega. Detroit era el favorito para ganar la pasada Serie Mundial, pero en la pelota no hay nada escrito y los Gigantes de San Francisco, nutridos de un pitcheo hermético y de un bateo tan oportuno como la dicha del que atina en el azar, salieron victoriosos.

El antesalista de Detroit fue el último soldado en caer en el Clásico de Octubre pasado. Abanicó un lanzamiento del cerrador Sergio Romo que todavía se pregunta cómo lo falló.

“Son de las cosas del béisbol. La pelota es así. Te da momentos de gloria, pero también esos que son inolvidables. Ese regreso al camerino tras el ponche fue largo. Por más corto que se vea el trayecto, para mí duró una eternidad”, expresa.

A todo esto se le suma que Miguel hilvanó una temporada con ribetes de obra cumbre. Se llevó la Triple Corona del bateo, es decir, encabezar su liga en jonrones (44), bateo (.330) y remolcadas (139). Nunca antes un latino había alcanzado una proeza de esta naturaleza en los registros del juego. Eso le valió para ser el Jugador Más Valioso de la Liga Americana.

“Tremenda temporada, pero me queda ese momento amargo. Nunca pensé en mi vida que sería el ganador de un logro como la Triple Corona. Estoy muy agradecido de Dios por eso, pero el logro como equipo supera todo y espero darle a esta ciudad una razón para hacer un desfile grande”, dice.

Espera de postemporada

Se puede dar como un hecho que los Tigres se dirigen hacia los playoffs, una constante bajo el mando del dirigente Jim Leyland, quien también en 2006 perdió la Serie Mundial ante los Cardenales de San Luis.

Miguel está más que deseoso de que arranque la postemporada para quitarle a Detroit una sequía de corona que data desde 1984, cuando el fenecido Sparky Anderson condujo al equipo al campeonato ante los Padres de San Diego.

“Creo que tenemos más experiencia y eso es importante. Puedo decir que sabemos lo necesario para llegar hasta la Serie Mundial y enfrentarnos con cualquier rival. Cuando llegue la postemporada hay que batallar fuerte, pero me gusta mi equipo contra cualquiera. No tenemos temor de enfrentarnos al equipo que sea”, señala.

Las palabras de Cabrera encuentran eco en varios de sus compañeros. “Estamos bien y contamos con muchas armas. Creo que llegué a un equipo con sed de ganar y hasta el momento las cosas marchan bien”, dice Torii Hunter, el veterano jardinero y segundo bate del club en una buena cantidad de partidos esta contienda.

“Aquí todo el mundo sabe lo que tiene que hacer y la experiencia vale mucho en el béisbol”, dice el relevista dominicano José Veras. “Aquí hay armonía, pero tampoco nadie celebra más de la cuenta. Cuando se tienen los pies sobre la tierra no se pierde el horizonte”, añade.

Quizás la mejor reflexión la tiene

Leyland, mánager perdedor en sus dos últimas visitas a la Serie Mundial y quien no celebra desde 1997 con los entonces Marlins de la Florida.

“No hemos hecho nada”, ha reiterado en innúmeras ocasiones el viejo zorro del juego, dejando claro que no se trata de clasificar o de ganar el banderín de la Liga Americana, sino de lograr el campeonato. Ese mensaje ha llegado claro a la tropa. El primero en reconocerlo es Miguel Cabrera.

Rumbo al MVP

Cabrera registra unos números que seguro le darán su segundo premio al Más Valioso de forma consecutiva. Encabeza la Americana en promedio de bateo con .350 y en remolcadas con 134. Solo Chris Davis, de los Orioles, le supera en jonrones (51-44). Esto quiere decir que Davis ha sido el obstáculo para que obtenga la Triple Corona por segunda estación consecutiva, un hecho sin precedente en la historia de las Grandes Ligas. De todas formas, existe una especie de consenso para que el venezolano se lleve el lauro. Este año ha participado en 139 partidos, un ritmo menor al 2012, cuando accionó en 161.

Ha sido el buque insignia de un equipo que ha sido el dueño de la División Central del menor de los circuitos y que es de los conjuntos a vencer en la venidera postemporada. Luce que en esta campaña hay más garantía de que obtenga el cotizado galardón. La pasada temporada, Mike Trout, jardinero de los Angelinos, recibió mucho apoyo, pero en la actual contienda no hay ese candidato que le haga esa gran oposición a Cabrera.

Preparados
No tenemos temor de enfrentarnos al equipo que sea en los playoffs. Estamos bien y contamos con muchas armas”.

Recuerdo
Nunca pensé en mi vida que sería el ganador de un logro como la Triple Corona. Estoy muy agradecido de Dios por eso”.

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