La Montaña

Es un documental y es un ensayo que solo el tiempo dirá cuál es su importancia antropológica y, probablemente, definirá una nueva vertiente del quehacer cinematográfico inmediato en el país, primero por su formato de proyección en salas de…

Es un documental y es un ensayo que solo el tiempo dirá cuál es su importancia antropológica y, probablemente, definirá una nueva vertiente del quehacer cinematográfico inmediato en el país, primero por su formato de proyección en salas de cine digital relacionado a su presupuesto y su éxito de crítica y público y segundo por el contrapunto de diferencias sociales y culturales subyacentes.

Entrar en una discusión sobre si es o no un “documental” es insubstancial porque banaliza la frontera entre lo que es verdad y lo que es mentira; todo documental de cine tiene ficción en tanto todos son intervenidos por un montaje con inicio, medio y fin. El hecho de que tenga escenas dramatizadas no le quita que sea un documental, como tampoco no le quita que sea ficción pues esta es planeada o es expresiva de un pensar y un sentir de sus autores: diferencias sociales y económicas entre quienes suben al Everest y entre quienes suben al Pico Duarte en el filme.

Aunque se juega con el tema de la inspiración en términos empíricos, lo impactante es cómo la cultura y ambiciones personales retratan a una comunidad como la dominicana. Los de clase media y alta tienen todos los patrocinios y ayudas para sus sueños, en tanto los de abajo llegan a los suyos mediante respaldos desinteresados de sus iguales, o porque a un burgués se le ocurrió ayudarles sin pedir nada a cambio, con objetivo íntimo. No obstante, el filme se queda en lo expositivo y quizás su complemento sería el tema mismo de la inspiración, del por qué los jóvenes quisieron filmarse en su subida al Everest, y como eso no lo vemos, los autores se acercan a una realidad que vive y la exponen en lo que pareciera ser un montaje inspirado en sí mismos. Es expositivo porque no busca la respuesta a las motivaciones a aquella hazaña, aunque sabemos que el mayor impulso de alguien es que se le reconozca y se le escuche. El filme maneja bien los trucos narrativos del cine, sus enredos, su simulación para emocionar y es eso lo que conquista. El montaje hace una majestuosa fabulación con una intensidad bien calculada. Rompe con audacia la pared de cualquier cliché melodramático. l  HHHH Guión y Dirección: Taba Blanchard e Iván Herrera. Duración: 80 minutos.

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