¿Nada contra la chikungunya?

Desde que el 2014 asomó, las autoridades de Salud Pública tenían noticias de que el virus chikungunya se encontraba en el Caribe oriental. Sólo semanas después se comunicó un alerta epidemiológica, lo que ha sido avalado por la Organización…

Desde que el 2014 asomó, las autoridades de Salud Pública tenían noticias de que el virus chikungunya se encontraba en el Caribe oriental. Sólo semanas después se comunicó un alerta epidemiológica, lo que ha sido avalado por la Organización Panamericana de la Salud.

El virus provoca estado febril, dolores de cabeza, en los huesos, coloraciones extrañas en la piel y disminuye las actividades motoras, es transmitido por el mismo espécimen que provoca el dengue, el mosquito Aedes aegypti, que se transporta de un lugar a otro con facilidad. Imagínese si había viajado desde África o Asia hacia el Caribe cercano. Era cuestión de días que lo tuviésemos en el país.

Las autoridades han procedido con una actitud incierta. Emiten las advertencias a la población, pero no actúan en consecuencia. Sabemos lo vulnerables que son las comunidades populosas que viven en condiciones propicias para el hospedaje y multiplicación de mosquitos, y no había que esperar para tratar de prevenir un mal que no tiene remedio, que no sea tratar de atenuar sus efectos.

Se trata de una enfermedad peligrosa que requiere de acciones agresivas. Ya tenemos los informes provenientes de Haina. Desde que terminó el invierno caribeño, las temperaturas empezaron a subir, y los mosquitos están en todas partes. Imaginemos qué podría ocurrir cuando llegue la temporada de lluvias.
¿Qué sería de la gente, atacada por el Aedes aegypti, con el agravante de que no se sabrá a tiempo de qué defenderse, si de dengue o de la chikungunya, en un país donde a los mismos médicos no siempre les resulta fácil diagnosticar el primero de esos males?

¿No podría Salud Pública acelerar programas masivos de fumigación; o asumir este asunto con más calidad?

Si es verdad que no existe un tratamiento específico contra los efectos de la chikungunya, que sólo desaparecen “al correr de los días”, lo propio sería que por lo menos del alerta se pase a la acción. ¿Qué esperan? ¿Que nos coman los mosquitos?

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