La norma y el Ministerio

El hecho de que el Ministerio de Interior y Policía haya clausurado 42 centros de expendio de bebidas alcohólicas que violaron persistentemente la ordenanza que dispone cerrar después de las once de la noche, nos confirma lo que todo el mundo sabe.

El hecho de que el Ministerio de Interior y Policía haya clausurado 42 centros de expendio de bebidas alcohólicas que violaron persistentemente la ordenanza que dispone cerrar después de las once de la noche, nos confirma lo que todo el mundo sabe.

Que es cada vez más extendido el incumplimiento de la norma, con todas sus implicaciones.

Nadie extraña que la prohibición de expender bebidas alcohólicas en sitios de diversión no autorizados se originó por la criminalidad y la violencia asociada, que es una plaga, lo mismo que por las recurrentes riñas que se desatan cuando el desenfreno cobra cuerpo.

Si las causas que empujaron a tomar la medida no han sido erradicadas, es obvio que las autoridades están en la obligación de hacer que se cumpla, porque lo peor es que pase a formar parte de las tantas leyes, resoluciones o decretos que caen en desuso, que son letra muerta, por desobediencia o inacción de los responsables de mantenerlas en vigor.

El tiempo es más que oportuno para que el Ministerio de Interior y Policía mantenga ese accionar, no sólo ante la tendencia al incumplimiento, sino porque el año entra en su etapa final, durante la cual las actividades nocturnas cobran vigor.

Además de la limitación del tiempo durante las noches, el Ministerio debe prestar atención a la proliferación de negocios de bebidas alcohólicas, sin que sus dueños o responsables cumplan las reglas respecto a la ubicación y tipo de actividad.

Colmadones que invaden y alteran la tranquilidad de zonas residenciales o barrios populares. Otras veces ubicados en la proximidad de iglesias o centros educativos, incluidas las universidades.

Lo peor es que en algunos de esos sitios no sólo se vende alcohol, sino también otras sustancias prohibidas. Y sabemos muy bien los componentes que se agregan, generalmente conducentes a la violencia.

Y si pensamos en las armas legales e ilegales, entonces podremos explicarnos algunos saldos trágicos durante fines de semana.

Como quiera que sea, es saludable que el Ministerio de Interior y Policía esté atento, en particular contra sistemáticos violadores de la ley. l

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