No nos respetan

Nicolás Maduro lo dijo claro y llano: “No nos respetan”. No habían pasado 60 días de esas declaraciones, cuando Evo Morales fue obligado a permanecer durante trece horas en un salón VIP del aeropuerto de Viena, debido a que su avión fue impedido&

Nicolás Maduro lo dijo claro y llano: “No nos respetan”. No habían pasado 60 días de esas declaraciones, cuando Evo Morales fue obligado a permanecer durante trece horas en un salón VIP del aeropuerto de Viena, debido a que su avión fue impedido de volar sobre Francia, Italia y Portugal, pues se sospechaba que en él viajaba el señor Snowden, exanalista de la CIA. Este enojoso incidente ha irritado a personas tan críticas de los aliados del mandatario boliviano, como Mario Vargas Llosa. Sin embargo, este episodio debería servir para formularnos una pregunta pertinente: ¿Por qué no nos respetan?

Estamos convencidos de que entre las naciones, como entre las personas, el respeto es una reacción de los demás a nuestro comportamiento.

En primer lugar, no nos respetan porque no somos honestos y por ende, incapaces de practicar lo que predicamos. En el índice del 2012, de Transparencia Internacional, cuya calificación más alta  fue un 95 para Dinamarca, Venezuela, Nicaragua y Bolivia obtuvieron 19, 25 y 28, respectivamente. En ese mismo reporte, Uruguay y Chile obtuvieron 72 y 70, quedando entre los veinte países más honestos del mundo. La BBC de Londres ha declarado a Pepe Mujica de Uruguay, como el jefe de Estado más sencillo y pobre del mundo. Un verdadero ejemplo en un mundo donde abunda la deshonestidad, el despilfarro de los dineros públicos y la arrogancia. En segundo lugar, porque actuamos  dándole más importancia a los gestos, que al fondo de las cosas. Tomemos el caso del señor Snowden, exanalista de la CIA. En su afán de mostrar su anti-norte-americanismo a ultranza, el señor Morales mencionó la posibilidad de darle asilo en Bolivia y se metió en un asunto, cuyas ramificaciones no estaba en condiciones de evaluar cabalmente, visto el resultado. Es decir, uno de los tantos gestos inútiles que son la moneda común de algunos políticos latinoamericanos, y que generalmente no conducen a ninguna parte, aunque en este caso terminó en una humillación al presidente boliviano. Sin embargo, un jefe de Estado, si desea ser respetado, tiene la responsabilidad de medir las consecuencias de sus acciones y actuar con la prudencia que las limitaciones de su propio poder le imponen.

Finalmente, una nación que desee respeto debe honrar sus compromisos y proteger el valor de su moneda; es el caso de Alemania y su banco central o Bundesbank. Esto viene al caso, pues el presidente Morales obtuvo el apoyo de la señora Cristina Fernández, presidenta de Argentina, cuyo avión presidencial tiene  que ver con cuidado donde aterriza para no ser embargado por deudas impagas del último default del país sudamericano, que en el año 1900 tenía el mismo nivel de vida que los Estados Unidos y que desde entonces solo ha ido cuesta abajo. ¿Y por qué será que no nos respetan?

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas