La nueva casa de la moda: el Museo Balenciaga

El verano nos ha dejado algo muy bueno, en especial para el mundo de la moda: la inauguración del Museo Cristobal Balenciaga, dedicado a la…

La nueva casa de la moda: el Museo Balenciaga

El verano nos ha dejado algo muy bueno, en especial para el mundo de la moda: la inauguración del

El verano nos ha dejado algo muy bueno, en especial para el mundo de la moda: la inauguración del Museo Cristobal Balenciaga, dedicado a la obra de este modisto. Desde su apertura se ha convertido en un punto de referencia para los amantes de la creación textil.

Allí podrás apreciar unas 90 piezas, 70 trajes y vestidos y 20 accesorios. Todos estos modelos datan de entre 1912 y 1968 (año de su retiro oficial), e incluye sus creaciones más trascendentes, aquellas que gozan de gran calidad tanto en los tejidos como en el diseño. Y es que el estilo de este modisto es eminentemente elegante, combina sobriedad y audacia.

Para Miren Arzalluz, autora del libro «Cristóbal Balenciaga, la forja del maestro», el creador no tenía una figura única en mente e intentaba embellecer a todo tipo de mujeres: altas, bajas, delgadas o más voluptuosas, jóvenes o maduras. «En todo caso, su sentido de la elegancia estaba reñido con la idea de una mujer constreñida, encorsetada, privada de moverse con libertad».

La mujer Balenciaga se vestía para el día, para la noche, para un cóctel, y, como no, de novia. Estos cuatro ámbitos, en los que se exhibe gran parte de la colección, van precedidos del ámbito «Comienzos», en el que se presentan piezas de juventud influenciadas por modistos contemporáneos.

«Con los tejidos, nosotros hacemos lo que podemos. Balenciaga hace lo que quiere”, dijo sobre él Christian Dior.

El museo consta de dos volúmenes: este moderno edificio y el Palacio Aldamar, edificio monumental del siglo XIX, la residencia veraniega de los Marqueses de Casa Torres y uno de los primeros enclaves en los que un jovencísimo y humilde Balenciaga comenzó a adentrarse en el mundo de la costura. La colección se completa con aplicaciones audiovisuales y multimedia.

Tratándose de uno de los más destacados modistos de alta costura, Balenciaga vistió a las más importantes personalidades de la realeza y aristocracia europea, así como a la élite cultural, política y económica internacional. El museo custodia modelos de algunas de sus más famosas clientas, como la reina Fabiola de Bélgica, cuyo vestido de novia se exhibe allí. El modisto también era uno de los favoritos de la actriz Grace Kelly, luego convertida en la princesa de Mónaco.

Si eres amante de la moda o mejor dicho, del arte en general, de seguro disfrutarás un recorrido por estas instalaciones. El Museo Balenciaga acoge la colección más grande del modisto en el mundo, sin dudas uno de los nuevos espacios más relevantes a nivel internacional dedicados a la moda.

De tener la oportunidad de visitarlo, no lo pienses dos veces, pues el gran aporte que hizo Balenciaga a la moda sigue hoy tan vigente como en su propia época y algunas de sus creaciones más revolucionarias siguen influyendo en diseñadores contemporáneos.

Para saber más accede a www.cristobalbalenciagamuseoa.com.

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El verano nos ha dejado algo muy bueno, en especial para el mundo de la moda: la inauguración del Museo Cristobal Balenciaga, dedicado a la obra de este modisto. Desde su apertura se ha convertido en un punto de referencia para los amantes de la creación textil.

Allí podrás apreciar unas 90 piezas, 70 trajes y vestidos y 20 accesorios. Todos estos modelos datan de entre 1912 y 1968 (año de su retiro oficial), e incluye sus creaciones más trascendentes, aquellas que gozan de gran calidad tanto en los tejidos como en el diseño. Y es que el estilo de este modisto es eminentemente elegante, combina sobriedad y audacia.

Para Miren Arzalluz, autora del libro «Cristóbal Balenciaga, la forja del maestro», el creador no tenía una figura única en mente e intentaba embellecer a todo tipo de mujeres: altas, bajas, delgadas o más voluptuosas, jóvenes o maduras. «En todo caso, su sentido de la elegancia estaba reñido con la idea de una mujer constreñida, encorsetada, privada de moverse con libertad».

La mujer Balenciaga se vestía para el día, para la noche, para un cóctel, y, como no, de novia. Estos cuatro ámbitos, en los que se exhibe gran parte de la colección, van precedidos del ámbito «Comienzos», en el que se presentan piezas de juventud influenciadas por modistos contemporáneos.

«Con los tejidos, nosotros hacemos lo que podemos. Balenciaga hace lo que quiere”, dijo sobre él Christian Dior.

El museo consta de dos volúmenes: este moderno edificio y el Palacio Aldamar, edificio monumental del siglo XIX, la residencia veraniega de los Marqueses de Casa Torres y uno de los primeros enclaves en los que un jovencísimo y humilde Balenciaga comenzó a adentrarse en el mundo de la costura. La colección se completa con aplicaciones audiovisuales y multimedia.

Tratándose de uno de los más destacados modistos de alta costura, Balenciaga vistió a las más importantes personalidades de la realeza y aristocracia europea, así como a la élite cultural, política y económica internacional. El museo custodia modelos de algunas de sus más famosas clientas, como la reina Fabiola de Bélgica, cuyo vestido de novia se exhibe allí. El modisto también era uno de los favoritos de la actriz Grace Kelly, luego convertida en la princesa de Mónaco.

Si eres amante de la moda o mejor dicho, del arte en general, de seguro disfrutarás un recorrido por estas instalaciones. El Museo Balenciaga acoge la colección más grande del modisto en el mundo, sin dudas uno de los nuevos espacios más relevantes a nivel internacional dedicados a la moda.

De tener la oportunidad de visitarlo, no lo pienses dos veces, pues el gran aporte que hizo Balenciaga a la moda sigue hoy tan vigente como en su propia época y algunas de sus creaciones más revolucionarias siguen influyendo en diseñadores contemporáneos.

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