El nuevo ciclo escolar

El año escolar 2015-2016 empezó ayer con asistencia masiva de alumnos, como no se veía en mucho tiempo. ¡Cuánta alegría! Y ese dato se convierte en noticia en un país donde tradicionalmente se perdían la primera y la segunda semanas de docencia,&#

El año escolar 2015-2016 empezó ayer con asistencia masiva de alumnos, como no se veía en mucho tiempo. ¡Cuánta alegría! Y ese dato se convierte en noticia en un país donde tradicionalmente se perdían la primera y la segunda semanas de docencia, por múltiples razones, a falta de una política educativa como eje clave de la estrategia de desarrollo nacional.

Este año siguió el ritual de que el presidente Danilo Medina, acompañado de su esposa doña Candy Montilla de Medina y de los funcionarios del área, empezando por el ministro de Educación, Carlos Amarante Baret, oficializa con una ceremonia de formal apertura de la docencia. Esta vez correspondió a una nueva escuela del distrito municipal La Caleta, de La Romana.

Era tiempo de que los dominicanos asumiéramos la educación como un reto tendente a modificar una cultura de abandono del sector. Esa visión ha permitido que la noticia de la ocasión no sean necesariamente los discursos, sino un hecho, un resultado, la alta concurrencia a las escuelas, desde el mismo primer día.

Hay que reconocer que a partir de la asignación del 4% a la educación, el Gobierno ha lanzado un amplio programa de obras que no termina, pero que ya puede imprimir cifras importantes que contribuirán a afirmar la confianza en la escuela pública. Ya el Ministerio de Educación se complace contabilizando que tiene un millón 900 mil muchachos en las escuelas, de los 2.5 millones del sistema. Asimismo, que más de 860 mil se beneficiarán de uno de “los ejes primordiales de la revolución educativa”, la Jornada Escolar Extendida. La meta del Gobierno es llegar a fin de año con un millón de estudiantes en ese modelo.

Son magníficos resultados para un sector que se merecía mejor suerte.
Ahora es importante, fundamental, que los padres acompañen a sus hijos, para que hagan sus tareas todos los días y que el año sea virtuoso.

Para eso, es necesario que igual los profesores jueguen su papel. Siempre quienes dependen de un salario tendrán sus demandas, que se vienen satisfaciendo, pero deben contribuir a que el año escolar transcurra en paz, sin interrupciones.

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