El presidente Danilo Medina nombró al mayor general Manuel Castro Castillo como nuevo jefe de la Policía Nacional mediante decreto número 181-13, decisión que reviste particular importancia ya que hace apenas un par de meses fue anunciado un nuevo Plan Nacional de Seguridad que tiene como uno de sus aspectos fundamentales la reforma de la Policía.
La designación de Castro Castillo, general de larga trayectoria que se desempeñaba como comandante de la Dirección Regional Este, no causó mucha sorpresa en la opinión pública ya que su nombre se vinculaba con el cargo desde el momento mismo en que el presidente Medina ganó las elecciones y esos rumores tomaron aún más fuerza en febrero pasado por considerarse un “hombre del Presidente”, a diferencia del destituido Polanco Gómez.
Quienes conocen a este general de 53 años de edad lo distinguen como una persona muy capaz, formado en academia, con experiencia y de actitud firme.
Ha ocupado diversas funciones y algunas de vital importancia como la jefatura de Asuntos Internos de la Policía y la dirección del Departamento de Inteligencia Criminal en la época en que se llamaba Servicio Secreto.
Tuvo algunos altercados desde su asiento en La Romana con transportistas en la región Este que se quejaron de agresión policial bajo su mando y de espionaje, pero nada de esto pudo ser demostrado. Tiene amplios conocimientos sobre métodos de investigación criminal y técnicas forenses, lo que podría beneficiar el trato dado a las escenas de crimen en el país si decide poner su capacidad a disposición de los agentes del orden.
Por lo que se dice sobre él en los medios de comunicación, los comentarios en las redes sociales y su rendimiento en los diversos cargos que ha ocupado en la Policía Nacional, hay muchas expectativas de que la jefatura de Castro Castillo podría incentivar cambios positivos en una institución que los necesita con extrema urgencia.
Ahora hay que ver si está a la altura de lo que el país demanda y espera de él, si se encuentra en disposición de sanear sin perdonar y si se atreverá a tomar decisiones “políticamente incorrectas” que son imprescindibles para lograr una mejor Policía Nacional en beneficio de la colectividad.
Por el momento goza de buena fama y su novedad le otorga a priori el beneficio de la duda. Ojalá entienda la grandeza del reto que tiene por delante, justamente en un Gobierno que hasta el momento va bien y tratando de hacer las cosas de un modo diferente.
