Nuevos combates estallan entre rebeldes y fuerzas de Gadafi

TRIPOLI — Nuevos enfrentamientos estallaron en Trípoli el martes horas después de que el hijo de Moamar Gadafi apareció libre para negar las afirmaciones de los rebeldes de que había sido capturado y para reunir a seguidores.

Nuevos combates estallan entre rebeldes y fuerzas de Gadafi

TRIPOLI — Nuevos enfrentamientos estallaron en Trípoli el martes horas después de que el hijo de Moamar Gadafi apareció libre para negar las afirmaciones de los rebeldes de que había sido capturado y para reunir a seguidores.

TRIPOLI — Nuevos enfrentamientos estallaron en Trípoli el martes horas después de que el hijo de Moamar Gadafi apareció libre para negar las afirmaciones de los rebeldes de que había sido capturado y para reunir a seguidores.

Los rebeldes y las fuerzas leales al mandatario libio sostuvieron enfrentamientos intensos el martes, un día después de que los combatientes de la oposición incursionaron a la capital del país con relativa facilidad, asegurando que la mayor parte de Trípoli se encontraba bajo su control.

Densas nubes de humo gris y blanco cubrieron el cielo mientras los disparos de artillería pesada y las explosiones sacudieron varios distritos de la ciudad de 2 millones de habitantes. Parte de los combates más encarnizados sucedieron cerca del complejo Bab al-Aziziya de Gadafi y los barracones militares.

La reaparición de Seif al-Islam en Trípoli parece haber dado energía a las fuerzas leales a Gadafi.

El hijo y presunto heredero del líder libio Moamar Gadafi, Seif al-Islam, resurgió libre y desafiante el martes por la mañana, desmintiendo las afirmaciones de los rebeldes libios de que había sido capturado y jactándose de que el régimen aún tiene el control en Trípoli y aplastará la rebelión.

La repentina llegada —casi surreal— de Seif al-Islam a un hotel de la capital libia donde se alojan periodistas extranjeros hizo confusa la situación en Trípoli un día después de que los rebeldes incursionaran en la ciudad con sorprendente facilidad, generando una ola de euforia.

Seif al-Islam, quien era visto como el sucesor de Gadafi, se presentó el martes por la mañana en el hotel Rixos, donde los periodistas extranjeros se alojan en Trípoli cuidado de cerca por gente del régimen. Llevó a reporteros en su convoy a partes de la ciudad que siguen bajo el poder del régimen.

Reporteros de The Associated Press estaban entre los periodistas que lo vieron y fueron al recorrido. «Vamos a ir a los mejores lugares de Trípoli», dijo Al-Islam a los reporteros.

El recorrido fue por calles resguardadas por seguidores de Gadafi fuertemente armados y controlaban retenes en las calles. Fueron a varios lugares donde se encontraban reunidos los seguidores de Gadafi.

El recorrido llegó a las afueras del complejo Bab al-Aziziya, perteneciente a Gadafi. Ahí estaban al menos un centenar de personas esperando a que les dieran armas de fuego que se distribuyen entre los voluntarios para defender el régimen. También recorrieron el barrio de Bu Slim, un bastión de Gadafi.

Aparentemente, los rebeldes tienen control de amplías zonas de la ciudad desde que entraron el domingo por la noche y el régimen de Gadafi parecía caer rápidamente. Sin embargo, era sabido que la zona alrededor del hotel Rixos y cerca de Bab al-Aziziya seguían bajo el control del régimen.

Además de Seif al-Islam, los rebeldes habían afirmado que tenían bajo custodia a otros dos hijos de Gadafi, pero eso no ha sido verificado.

No hubo explicación alguna, ni de Seif al-Islam ni del Consejo Rebelde en la ciudad de Bengasi sobre por qué el hijo de Gadafi había sido reportado como arrestado, algo que había sido confirmado por la Corte Penal Internacional en Holanda. Seif al-Islam y su padre son buscados por la corte por crímenes contra la humanidad.

Debido a que la corte había confirmado el arresto, su inesperada presencia alimentó la posibilidad de que hubiera escapado a la custodia rebelde.

Cuando se le cuestionó sobre la afirmación de la corte respecto de su arresto por rebeldes, contestó: «La Corte Penal Internacional puede irse al infierno», y agregó que «vamos a romper la espalda a los rebeldes».

En Bab al-Aziziya estrechó las manos con sus seguidores, que ondearon banderas verdes y afiches de su padre. Culpó a la OTAN por llevar a los rebeldes a la capital por mar.

En un momento, salió de la limusina blanca donde viajaba para saludar a la muchedumbre, que entonaba cánticos de apoyo mientras él hacía el signo de la V de victoria.

Dentro de la limusina, le dijo a AP Televisión: «Estamos aquí. Este es nuestro país. Esta es nuestra gente, y aquí vivimos, y aquí morimos. Y vamos a ganar, porque la gente está con nosotros. Por eso vamos a ganar. ¡Míralos, míralos, en las calles, en todas partes!».

Sobre la situación en Trípoli, dijo que «vamos a dar la vuelta a las zonas más enconadas para asegurarnos de que la situación esté bien».

Agregó que la OTAN y Occidente están distorsionando las comunicaciones en Libia.

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TRIPOLI — Nuevos enfrentamientos estallaron en Trípoli el martes horas después de que el hijo de Moamar Gadafi apareció libre para negar las afirmaciones de los rebeldes de que había sido capturado y para reunir a seguidores.

Los rebeldes y las fuerzas leales al mandatario libio sostuvieron enfrentamientos intensos el martes, un día después de que los combatientes de la oposición incursionaron a la capital del país con relativa facilidad, asegurando que la mayor parte de Trípoli se encontraba bajo su control.

Densas nubes de humo gris y blanco cubrieron el cielo mientras los disparos de artillería pesada y las explosiones sacudieron varios distritos de la ciudad de 2 millones de habitantes. Parte de los combates más encarnizados sucedieron cerca del complejo Bab al-Aziziya de Gadafi y los barracones militares.

La reaparición de Seif al-Islam en Trípoli parece haber dado energía a las fuerzas leales a Gadafi.

El hijo y presunto heredero del líder libio Moamar Gadafi, Seif al-Islam, resurgió libre y desafiante el martes por la mañana, desmintiendo las afirmaciones de los rebeldes libios de que había sido capturado y jactándose de que el régimen aún tiene el control en Trípoli y aplastará la rebelión.

La repentina llegada —casi surreal— de Seif al-Islam a un hotel de la capital libia donde se alojan periodistas extranjeros hizo confusa la situación en Trípoli un día después de que los rebeldes incursionaran en la ciudad con sorprendente facilidad, generando una ola de euforia.

Seif al-Islam, quien era visto como el sucesor de Gadafi, se presentó el martes por la mañana en el hotel Rixos, donde los periodistas extranjeros se alojan en Trípoli cuidado de cerca por gente del régimen. Llevó a reporteros en su convoy a partes de la ciudad que siguen bajo el poder del régimen.

Reporteros de The Associated Press estaban entre los periodistas que lo vieron y fueron al recorrido. «Vamos a ir a los mejores lugares de Trípoli», dijo Al-Islam a los reporteros.

El recorrido fue por calles resguardadas por seguidores de Gadafi fuertemente armados y controlaban retenes en las calles. Fueron a varios lugares donde se encontraban reunidos los seguidores de Gadafi.

El recorrido llegó a las afueras del complejo Bab al-Aziziya, perteneciente a Gadafi. Ahí estaban al menos un centenar de personas esperando a que les dieran armas de fuego que se distribuyen entre los voluntarios para defender el régimen. También recorrieron el barrio de Bu Slim, un bastión de Gadafi.

Aparentemente, los rebeldes tienen control de amplías zonas de la ciudad desde que entraron el domingo por la noche y el régimen de Gadafi parecía caer rápidamente. Sin embargo, era sabido que la zona alrededor del hotel Rixos y cerca de Bab al-Aziziya seguían bajo el control del régimen.

Además de Seif al-Islam, los rebeldes habían afirmado que tenían bajo custodia a otros dos hijos de Gadafi, pero eso no ha sido verificado.

No hubo explicación alguna, ni de Seif al-Islam ni del Consejo Rebelde en la ciudad de Bengasi sobre por qué el hijo de Gadafi había sido reportado como arrestado, algo que había sido confirmado por la Corte Penal Internacional en Holanda. Seif al-Islam y su padre son buscados por la corte por crímenes contra la humanidad.

Debido a que la corte había confirmado el arresto, su inesperada presencia alimentó la posibilidad de que hubiera escapado a la custodia rebelde.

Cuando se le cuestionó sobre la afirmación de la corte respecto de su arresto por rebeldes, contestó: «La Corte Penal Internacional puede irse al infierno», y agregó que «vamos a romper la espalda a los rebeldes».

En Bab al-Aziziya estrechó las manos con sus seguidores, que ondearon banderas verdes y afiches de su padre. Culpó a la OTAN por llevar a los rebeldes a la capital por mar.

En un momento, salió de la limusina blanca donde viajaba para saludar a la muchedumbre, que entonaba cánticos de apoyo mientras él hacía el signo de la V de victoria.

Dentro de la limusina, le dijo a AP Televisión: «Estamos aquí. Este es nuestro país. Esta es nuestra gente, y aquí vivimos, y aquí morimos. Y vamos a ganar, porque la gente está con nosotros. Por eso vamos a ganar. ¡Míralos, míralos, en las calles, en todas partes!».

Sobre la situación en Trípoli, dijo que «vamos a dar la vuelta a las zonas más enconadas para asegurarnos de que la situación esté bien».

Agregó que la OTAN y Occidente están distorsionando las comunicaciones en Libia.

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