Ocurrió así

Llegando a mi residencial la noche del martes, el sereno, un hombre haitiano de unos 60 años, permanecía desplomado en una silla, rodeado por vecinos. “Está malo, hemos llamado al 9-1-1”, me dijeron. Mi pensamiento inmediato fue de duda. Escuchaba&

Llegando a mi residencial la noche del martes, el sereno, un hombre haitiano de unos 60 años, permanecía desplomado en una silla, rodeado por vecinos. “Está malo, hemos llamado al 9-1-1”, me dijeron. Mi pensamiento inmediato fue de duda. Escuchaba mucho sobre la eficiencia del Sistema Nacional de Emergencias, pero mi escepticismo se imponía. Colegía que en un país de servicios públicos mediocres, difícilmente funcionaría, tratándose de una persona de condición pobre. Contra mi presunción, la ambulancia B0104 arribó a tiempo. El humilde señor recibió oportuna asistencia a bordo de aquel impecable y bien equipado vehículo. El ministro Gustavo Montalvo “se la jugó” con el 9-1-1 y parece ganar. Está dignificada la respuesta de emergencia, a favor de la condición humana. Mis respetos.

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