El Papa dedica la cruz a los jóvenes decepcionados

Río de Janeiro. Copacabana se convirtió en un escenario sublime para la representación del vía crucis con un espectador especial: el papa Francisco.

Río de Janeiro. Copacabana se convirtió en un escenario sublime para la representación del vía crucis con un espectador especial: el papa Francisco.El pontífice ofreció la cruz de Cristo a las víctimas de la violencia, a los marginados, perseguidos, a los jóvenes que dejaron de tener confianza en las instituciones políticas o a quienes han perdido la fe en la Iglesia.

“Jesús con su cruz recorre nuestras calles para cargar nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, también los más profundos”, dijo Francisco a cientos de miles de files que participaron en la recreación del calvario.

La cruz de madera, símbolo de las jornadas mundiales de la juventud, cargada por 20 jóvenes vestidos de blanco y amarillo, recorrió las 14 estaciones del vía crucis, que recordó desde el momento en que Jesús fue condenado a muerte, los flagelos, el consuelo de su madre hasta su crucifixión y muerte.

Como un sacerdote más, el papa Francisco confesó ayer a cinco jóvenes participantes en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río de Janeiro y resaltó la importancia que tienen los abuelos en las vidas de las familias y el valor del diálogo intergeneracional.

“Los niños y los ancianos construyen el futuro de los pueblos. Los niños porque llevarán adelante la historia, los ancianos porque transmiten la experiencia y la sabiduría de su vida. Esta relación, este diálogo entre las generaciones, es un tesoro que tenemos que preservar y alimentar”, dijo el Papa durante el rezo del ángelus.

En un día soleado, tras las intensas lluvias de los pasados días, y siempre seguido por miles de personas que no dejaron de vitorearle y expresarle cariño, el Papa ocupó uno de los 50 confesionarios instalados en el parque Quinta da Boa Vista y confesó a cinco jóvenes, tres muchachos y dos muchacha, en el acto más íntimo y reservado de los programados durante la JMJ.

Francisco invitó a los muchachos a ser valientes y a ir contracorriente y recordó que al contrario que Pilato, que se lavó las manos, la Cruz enseña a ser como el Cireneo, que ayudó a Jesús a llevar aquel madero pesado.

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