Perspectivas cambiarias para el año 2013

Hay mucha gente nerviosa. El dólar cerró el viernes pasado a RD$40.70. ¿Hay razones para el nerviosismo que está afectando…

Hay mucha gente nerviosa. El dólar cerró el viernes pasado a RD$40.70. ¿Hay razones para el nerviosismo que está afectando a algunos agentes económicos? Veamos: En los últimos cinco años, la tasa de cambio promedio que prevaleció en cada año quedó por debajo de la tasa que se estipuló en el presupuesto general del Estado. Para el año 2012, por ejemplo, se estimó que la tasa de cambio promedio sería de RD$40.30 por dólar. El resultado fue que la tasa promedió RD$39.33. Incluso, para diciembre del 2012 se había proyectado que la tasa promedio de ese mes sería de RD$41.40 por dólar. ¿Cuál fue el resultado real? Promedió RD$40.30 por dólar, un 3.3% por debajo del estimado.

El porcentaje de devaluación del peso dominicano en los últimos años ha sido bastante moderado. El nivel máximo de devaluación ocurrió en el 2008, un 5.1%. El año pasado, la devaluación de diciembre a diciembre fue de 4.1%.

Cuando se compara la devaluación nominal del peso dominicano durante el período 2008-2012 con las del resto de las monedas latinoamericanas, se advierte que Venezuela, Argentina, Nicaragua y  Jamaica, tuvieron devaluaciones acumuladas mayores que las de RD. El Banco Central de RD, quizás consciente de que el peso dominicano se había apreciado excesivamente luego de la maxi-devaluación del 2003-2004, decidió adecuar la política monetaria a partir del 2008 para evitar apreciaciones nominales adicionales. Las autoridades monetarias sabían que apreciaciones adicionales de nuestra moneda afectarían la competitividad de la oferta exportable de bienes y servicios del país e inducirían un aumento desproporcionado de las importaciones, lo que habría afectado la competitividad de la industria nacional y fomentado el desempleo.

Gracias al giro en la política monetaria, la RD evitó las apreciaciones nominales que sufrieron algunas de las principales monedas latinoamericanas durante el 2008-2012, como el peso chileno, que se apreció un 25%, el colombiano 20%, el nuevo sol peruano 18%, el guaraní paraguayo 12%, el real brasileño 10%, y el peso mexicano 7%. Durante ese período, la prensa en esos países recogía las preocupaciones de los exportadores ante la apreciación de la moneda local y los llamados que hacían a sus bancos centrales para que interviniesen comprando divisas y acumulando reservas para evitar una apreciación que estaba reduciendo su competitividad.

Es un punto a debatir si el Banco Central de RD debió o no permitir una depreciación del peso ligeramente mayor a la que se produjo en cada uno de los años de 2008 a 2012, teniendo en cuenta que la estrategia fiscal se movió de un escenario de cuasi-equilibrio en el 2007 a otro de déficits crecientes a partir del 2008, como mecanismo para compensar el ciclo recesivo provocado por la crisis financiera mundial que sacudió al mundo al final del 2008 y durante todo el año 2009.

La moderada depreciación del peso que permitió el Banco Central resultaba aceptable en un escenario de finanzas públicas cercanas al equilibrio. Sin embargo, resultaba insuficiente en un escenario de déficit presupuestario elevado, para generar niveles crecientes de acumulación de reservas de divisas del sistema bancario consolidado. Mientras las reservas internacionales netas del sistema bancario consolidado llegaron a US$3,658 millones a final del 2007, caen bruscamente en el 2008 y luego se estabilizan en la vecindad de US$3,500 millones del 2009 al 2011, para caer nuevamente a US$3,110 millones al 28 de diciembre del 2012.

La resistencia de los niveles de reservas a aumentar a partir del 2008 se debe en gran parte a que los crecientes déficits fiscales operan en contra de la acumulación de reservas en la medida que expanden artificialmente la demanda agregada, las importaciones y el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos y fomentan presiones inflacionarias que limitan la depreciación real de la moneda local que induce la depreciación nominal.

La incapacidad de la economía dominicana de generar mayores niveles de reservas explica el porqué los índices de presión cambiaria (M1 y M2 sobre las reservas internacionales netas del sistema bancario consolidado) han estado subiendo a niveles que podrían llevar a algunos a pensar que en el 2013 el ritmo de devaluación del peso será más acelerado.

Una buena noticia, sin embargo, es que el Gobierno tiene un firme compromiso con una reducción del déficit fiscal en 2013, llevándolo a sólo 2.8% del PIB. En septiembre, octubre y noviembre del 2012 el Gobierno cerró con superávit fiscal. Otra buena noticia es que casi el 70% del déficit del 2013 se financiará con recursos externos. Lo anterior trabaja a favor de la acumulación de reservas. Si añadimos la reducción en el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos que provocarán las exportaciones de oro de Barrick, resulta previsible -en ausencia de choques externos negativos-, que los índices de presión cambiaria se irán reduciendo durante el 2013 y la estabilidad de la tasa de cambio se mantendría, tal y como se prevé en el Presupuesto del 2013: Un promedio de RD$41.60 para el año y un nivel de RD$43.00 a diciembre del 2013.

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