Por la senda correcta

El liderazgo político haitiano ha dado un paso hacia adelante en el atolladero en que había caído el proceso electoral y la gobernabilidad, primero cuando Michel Martelly no actuó inteligentemente para facilitar la transición mediante el aseguramient

El liderazgo político haitiano ha dado un paso hacia adelante en el atolladero en que había caído el proceso electoral y la gobernabilidad, primero cuando Michel Martelly no actuó inteligentemente para facilitar la transición mediante el aseguramiento de unas elecciones transparentes, sin pretender buscar provecho para sí y su grupo, y luego, al no proceder diligentemente para aupar una negociación con su participación directa después de las votaciones.

Pero los haitianos están materializando lo que Martelly con su liderazgo como Presidente no hizo. Y parece que podrían encontrar la senda correcta para alcanzar una relativa estabilidad, sin desgarramientos mayores, como suele ocurrir.

Esta vez actuaron con un sentido común de sobrevivencia y un discreto acompañamiento internacional.

Y es que para muchos uno de los principales problemas de los haitianos es la gran cantidad de amigos que tienen entre gobiernos y organismos internacionales.

Pero la realidad está ahí. Después de las tensiones y violencia que vivieron luego de las votaciones impugnadas por la oposición, lograron ponerse de acuerdo para alcanzar una salida transitoria.

Satisface, porque a ningún otro pueblo, por más amigo que se diga de Haití, le interesa más su estabilidad que a los dominicanos. Las razones no hay que enumerarlas.

Pese a todos los vaticinios, los haitianos escogieron, mediante negociaciones, un presidente provisional que debe jugar un papel fundamental para la normalización mínima de la vida institucional. Fue una prueba exitosa. Se libraron del caos que se temía tras la salida de Martelly, sin un sustituto a bordo.

En lo inmediato, la principal misión de Jocelerme Privert debe ser contribuir a crear un clima de confianza entre los haitianos. Él tiene las condiciones para eso. Una larga carrera de servicio público de más de 35 años que lo ha hecho pasar hasta por la cárcel. Tiene la experiencia suficiente para solventar la situación. Otra fortaleza: está suscrito al liderazgo moderado de René Preval y sirvió también al gobierno de Jean-Bertrand Aristide.

Deseamos que Haití continúe por la senda de la tranquilidad.

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