En el PRD, la luz al final del túnel

Los recientes encuentros que ha sostenido el presidente del PRD, Miguel Vargas, primero con el expresidente Hipólito Mejía en la residencia del exgeneral José Miguel Soto Jiménez, luego con Hatuey de Camps en un restaurant de la ciudad y días…

Los recientes encuentros que ha sostenido el presidente del PRD, Miguel Vargas, primero con el expresidente Hipólito Mejía en la residencia del exgeneral José Miguel Soto Jiménez, luego con Hatuey de Camps en un restaurant de la ciudad y días después de nuevo con Hipólito Mejía, esta vez en la residencia del galeno José Joaquín Puello, sin contar reuniones anteriores que han sostenido los tres políticos, permiten pensar que en el mayor partido de oposición más temprano que tarde se verá la luz al final del túnel.

El “conversao entre compadres”, como fue definido el almuerzo entre Hatuey y Miguel, es sumamente esperanzador. Hatuey conoce muy bien a su compadre y a Hipólito también. Su madurez política lo lleva a reconocer que ambos han “crecido mucho”, en términos políticos y empresariales.

Y aunque no le es difícil, dijo Hatuey, tampoco le es fácil, refiriéndose, claro está, a cooperar en todo lo que tienda a unificar el partido, lo que calificó de positivo. Hatuey tiene bien ganada su fama de excelente estratega, su vida política es el mejor testimonio. Están frescas en mi memoria las tantas veces que logró llevar a su terreno al presidente Balaguer, obteniendo los mejores resultados de cada encuentro sostenido con el mandatario. Contribuir a sacar al PRD de la crisis en la cual está, si bien no es tarea fácil para Hatuey, tampoco es imposible.

Lo bueno, de lo malo que tiene esta crisis, es que podría hacer volver a Hatuey al PRD, partido del que salió, pero nunca renunció.

Porque el orden en la casa ha de venir de entre ellos mismos, no de la Iglesia, como dijera el propio Miguel: “La iglesia en este momento no es parte de un proceso de árbitro ni mucho menos”.

Aunque se haya reunido con los prelados desde el año pasado, el presidente del PRD reiteró su posición de diálogo institucional enmarcado dentro de los organismos del Partido, porque si no se tiene institucionalidad fuerte, de nada vale cualquier intervención externa. Un argumento bastante válido.

Y es que se precisa la unidad dentro del PRD; como mayor partido de oposición es el único que puede garantizarnos que no desaparezca la democracia en nuestro país.

El tiempo no se detiene, sin darnos cuenta dentro de poco se estarán escogiendo en cada agrupación política sus eventuales candidatos presidenciales y para entonces el PRD deberá estar consolidado.

Pensar en conjunto para que ganemos todos. Que se preserve la democracia. Es el mejor legado que puedan dejarnos los políticos y sus partidos.

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